En el cantón Atahualpa, provincia de El Oro, 20 personas con capacidades especiales  crearon una microempresa en la que elaboran productos derivados de la leche. Esto con el apoyo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) a través de su Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS).

El manjar, el queso, la mantequilla y el yogur son los cuatro productos que este grupo de ciudadanos elabora diariamente, en las mañanas, para venderlos en las tiendas de la ciudad. La microempresa está ubicada en la comunidad Ayapamba, a 6 kilómetros de la cabecera cantonal de Atahualpa.

Nora Matamoros, presidenta de la asociación de discapacitados “Visión y Desarrollo de mi Tierra”, acude temprano junto con sus compañeros a la planta procesadora de lácteos que recientemente fue construida, ya que desde hace tres años trabajaban en un local alquilado.

Y es que no solo las personas con capacidades especiales son beneficiarias, sino también los familiares porque ayudan en el proceso de elaboración.
Yolanda Romero, hermana de uno de los productores, explicó que el manjar es uno de los productos más apetecidos por los clientes.

Este se elabora mediante un procedimiento en el que se utiliza leche concentrada luego de evaporarla en ollas especiales, para quitar parte del agua que contiene.
Se le adiciona azúcar, así como otros hidratos de carbono, componentes menores y un fermento para evitar el azucaramiento, formando un jarabe que se cocina en grandes pailas. Se hierve a más de 105ºC lo que produce el oscurecimiento de la leche. Durante la evaporación se bate constantemente, por el lapso de tres horas.

El objetivo de la asociación es llegar con el producto a todos los cantones de El Oro, por el momento solo envían a Portovelo y Piñas, aunque pidieron al Ministerio de Salud Pública que agilice los tramites del registro sanitario. La falta de esa autorización ha impedido que estos alimentos ingresen a los grandes supermercados.

“Hemos tenido pedidos de reconocidos autoservicios a nivel nacional, pero al no tener ese aval no hemos podido hacer negocio. Han venido a la planta, prueban el producto y se quedan encantados ya que es 100% natural”, manifestó  Ruth Paredes, representante de la asociación y una de las mentalizadoras para que el proyecto se haga una realidad.

Paredes, quien es monja en la comunidad, ha conseguido que la planta se levante en unos terrenos donados por la iglesia. El proyecto tiene un costo de 200.000 dólares, pero se inició con 33.000 dólares, de los cuales 21.000 dólares aportó el Instituto de Economía Popular y Solidaria. El saldo se financiará con el apoyo de la empresa privada e instituciones públicas.

Los representantes de “Lácteos Yacuviñay”, como se llama la microempresa, aspiran a que desarrolle para que todas las personas con discapacidad se integren, pues en la zona viven más de 150.