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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Piden a las autoridades ecuatorianas que colaboren con la búsqueda

Azuayos y cañarejos aún esperan por sus hijos

Familiares de los desaparecidos piden a las autoridades ayuda para dar con el paradero de sus hijos. Foto: Rodrigo Matute Torres / El Telégrafo
Familiares de los desaparecidos piden a las autoridades ayuda para dar con el paradero de sus hijos. Foto: Rodrigo Matute Torres / El Telégrafo
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Al igual que muchos de los migrantes que salen del país, Segundo Hernán Calle quiso también llegar a los Estados Unidos, pero su ‘sueño’ no se cumplió. Han pasado casi 3 años desde que sus familiares lo buscan.

Este 21 de agosto se cumplirán 3 años desde que Hernán Calle decidió emprender viaje hacia el norte como migrante indocumentado.

Según su madre, María Zoila Narváez, el hombre salió de su casa “sin decir nada a nadie”, hasta ahora tampoco se sabe dónde terminó esa ilusión del joven.

“La última vez que llamó a la casa había dicho que va a cruzar el río Bravo, y desde entonces nunca más supe de mi hijo”, contó su madre.

María Zoila contó también que durante todo este tiempo ha esperado noticias de su hijo, pero sin mayor fortuna.

Calle es nativo de Lluillán, provincia de Cañar; cuando partió dejó a su esposa y a 3 hijos: uno de 13 años, otro de 7 y el menor de 6.

“Todos los días es un sufrimiento eterno”, dice su madre, mientras los ojos se le humedecen, “lo único que quisiera saber, Diosito, es donde está”, indica la anciana que tampoco conoce mucho de Cuenca ni de las autoridades que puedan ayudarle.

Un caso similar sucedió con Rosa Llivipuma, oriunda de la parroquia cuencana de Cumbe. La joven desapareció hace 8 años, la última vez que sus familiares supieron de ella fue cuando estuvo en Colombia, a los 24 días de haber partido desde su casa, realizó el viaje por vía terrestre.

Según sus familiares fue llevada a los Estados Unidos por ‘coyoteros’, quienes habrían cobrado $ 12 mil para tal fin.

“Me dijo que estaba en un sitio que se llamaba Bahía Solano en Colombia y desde entonces no sabemos absolutamente nada”, dijo su madre, María Pugo Pesántez.

Junto con Rosa salieron 10 personas más desde Cumbe y tampoco se conoce nada de ellos, agrega María.
Rosa viajó cuando tenía 24 años, dejó un niño de 3 años y 4 meses.

El menor tiene actualmente 11 años y sigue sin saber el paradero de su madre. “Un grupo de personas viajaron a Colombia, pero no pudieron hacer mayor cosa por las amenazas que sufrieron”, indicó María.

La migración, pese a los controles y a los altos valores que deben pagar los migrantes irregulares a los coyoteros, no se detiene.

Hombres y mujeres siguen saliendo de la provincia con dirección a los Estados Unidos, mayoritariamente. Según William Murillo, del colectivo 1800migrantes, los ciudadanos pagan, entre $ 13 mil y $ 15 mil por un viaje que quizá nunca pueda concluir con un final ‘feliz’.

Más de un centenar de desaparecidos

Según Murillo, son 109 personas de las que aún se desconoce su paradero, entre ellas 2 menores de edad, uno del cantón Sígsig y el otro de la ciudad de Cuenca.

El director de 1800migrantes señaló que en Colombia se han perdido 15 personas de la provincia de Azuay y que se ha realizado contactos con la Defensoría del Pueblo de ese país para las averiguaciones pertinentes.  “Del total de desaparecidos, apenas se ha ubicado a 3 personas hace 3 años”, dijo Murillo.

Al parecer la cifra no es exacta, Humberto Cordero, Subsecretario de la Comunidad Ecuatoriana Migrante, dijo que son 138 personas desaparecidas, número que era contabilizado hasta mayo; Cordero comentó también que esta institución está dando todas las facilidades para ayudar a los familiares de estos ciudadanos. (I)

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