Aumentan las víctimas del deslave
El segundo día de búsqueda de sobrevivientes y víctimas de los deslaves ocurridos la madrugada del jueves en las zonas mineras Pueblo Nuevo, Zhumiral y Bella Rica, del cantón azuayo Camilo Ponce Enríquez, siguió un guión diseñado por el comité de emergencia formado para afrontar la crisis.
En primer lugar, personal especializado en tareas de rescate recorrió la zona acompañado de perros entrenados en la detección de explosivos. El objetivo era hallar eventuales cargas de dinamita que los deslizamientos pudieran haber diseminado en el área, antes de que se iniciara la búsqueda con el fin de evitar nuevos accidentes. Debido a ello, la zona del siniestro fue restringida a personas particulares, aunque fuesen habitantes del lugar, y también a periodistas.
Posteriormente un equipo de ingenieros estudió el suelo del sitio para establecer su solidez y autorizar el ingreso de todos o solo una parte de los integrantes de los cuerpos de rescatistas; pero, sobre todo, para determinar la conveniencia del acceso de la maquinaria pesada del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) que llegó para remover los escombros.
Luego de ello se inició a contrarreloj la tarea de encontrar señales de mineros o sus familiares que pudieran estar atrapados entre las masas de lodo desprendidas, que taponaron socavones y sepultaron viviendas.
Fernando Figueroa, segundo jefe del Cuerpo de Bomberos de Azuay y coordinador del equipo de socorro, indicó que 25 voluntarios de la Cruz Roja, 30 del Cuerpo de Bomberos y 60 militares conforman el contingente desplazado hasta allí.
Eso fue posible luego de que la vía de acceso a la Pueblo Nuevo, la zona más afectada, fue reabierta en parte. La carretera permaneció bloqueada durante casi todo el jueves, obligando a los equipos de rescate a realizar caminatas de casi cuatro horas, lo que provocó que el arribo se realizara casi exclusivamente abordo de helicópteros. En medio de escombros y fango, un cuerpo fue encontrado pasadas las 13:00, luego de que cinco retroexcavadoras intensificaran las tareas de búsqueda.
Se trataba de Lloca Huanca Hilder, quien se convirtió en la cuarta víctima confirmada del deslizamiento. El hallazgo de un celular, un cilindro de gas y una motosierra fueron los indicios que llevaron a los rescatistas hacia el cadáver.
El jueves habían sido encontrados los cuerpos de los ecuatorianos Saúl Girón Flores y Noé Abad Chamba y del peruano Pedro Parra Cueva. La cuarta víctima también era de origen peruano. Su hermana Mariana Bravo llevó al tanatorio local la identificación. En la tarde fue encontrado el cuerpo de una quinta víctima. Se trata de Fernanda Anabel Torres Robles, de 20 años de edad, y de nacionalidad ecuatoriana.
Las autoridades provinciales y cantonales no se atrevían -ayer- a calcular cuántas personas estarían sepultadas. Sin embargo, el gobernador Humberto Cordero, vocero oficial del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), mencionó 20 víctimas, aproximadamente. “No podemos ser precisos respecto a cuántos estarían atrapados, pero, según unos datos que nos proporcionaron, serían unas 20 personas, aunque no consideramos como información oficial esa cifra”.
Por otra parte, Cordero dio a conocer que las actividades de alrededor de cinco sociedades mineras, que operan cerca de la zona del desastre, fueron suspendidas con el fin de evitar nuevos deslaves.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) instaló un albergue en donde alojó a 46 personas -entre ellas 18 niños y niñas- y entregó menajes de dormir y kits de aseo. El albergue fue ubicado desde el jueves en la escuela El Diamante, en Bella Rica, a 20 minutos de Pueblo Nuevo.
La cartera de Estado, que levanta información de las familias afectadas, hoy llega con más ayuda y analiza la entrega de bonos de emergencia en los casos críticos.