Una semana después del incendio en el antiguo seminario San Luis, ubicado en el centro histórico de Cuenca, los arrendatarios se muestran preocupados por las graves pérdidas que tienen cada día, ya que sus locales no están brindando ningún tipo de atención.

Ayer se reunieron para analizar el tema y decidieron pedir a las autoridades un pronunciamiento oficial sobre la situación de cada uno de los inmuebles que son alquilados y que suman 15 en total.

Después del siniestro, ocurrido la noche del 15 de agosto, que consumió el 50% del seminario San Luis, ubicado junto a la Catedral de la Inmaculada, -en el centro de la ciudad-, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) y entidades involucradas tomaron medidas de acción para recuperar este inmueble patrimonial.

Al día siguiente del flagelo se constituyó un comité técnico, conformado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), el programa SOS Patrimonio, del Ministerio Coordinador de Patrimonio; la Dirección de Gestión de Riesgos del Azuay, el Municipio de Cuenca y el Ministerio de Cultura.

Esta comitiva, en primera instancia, sobre la base de los informes de daños, determinará la ejecución de la sobrecubierta provisional para protección, que ejecutará el programa SOS Patrimonio. Para garantizar la protección del edificio, así como de los peatones, es necesario un cerramiento provisional, que permitirá adicionalmente la verificación de las instalaciones eléctricas.

“A partir del 18 de agosto se inició el retiro de escombros, para lo cual la SNGR liderará uno de los temas más sensibles, que constituye la protección a los usuarios de los locales comerciales de la zona”, dijo el director provincial de la Secretaría de Riesgos, Galo Sánchez.

Según los organismos de seguridad, serán al menos 45 días que deban estar cerrados los locales comerciales y también el tramo de la calle Bolívar, entre Benigno Malo y Padre Aguirre, para precautelar el bienestar físico de las personas y de los dueños de los locales comerciales.

Ayer los dueños de los establecimientos se mostraron preocupados por la incertidumbre que tienen respecto al regreso para abrir sus locales comerciales que están bajo el seminario de San Luis.

William Bermeo dijo que las pérdidas son cuantiosas para cada uno de los propietarios: “Sabemos que no existen mayores daños al interior de los locales comerciales y que el problema de electricidad no es un asunto que les deba tomar mucho tiempo”.

Bermeo dijo que durante los 8 días la situación ha sido muy complicada para cada uno de ellos. “Tenemos que pagar a nuestros proveedores, que nos están exigiendo y con justa razón. Tenemos que pagar a nuestros trabajadores”, añadió, tras hacer un llamado urgente a las autoridades para que analicen la situación y que el Comité de Operaciones Emergentes -COE- entregue un informe.

Según los propietarios, más de 200 personas dependen de manera directa e indirecta. Cada uno pagaba entre $ 600 y $ 800 por el arriendo de cada local.

Ayer en la tarde los propietarios marcharon hasta la alcaldía de Cuenca para ser recibidos y tener una respuesta al problema, pero no lo pudieron hacer. Los dueños de los   locales y el personal que trabaja allí se unieron para pedir la reapertura.

“Queremos soluciones”, “Comité, no escondan la verdad”, se leía en varios cartelones que fueron elaborados en la misma tarde de ayer y que fueron exhibidos en la calle Bolívar. La marcha se interrumpió debido a que fueron notificados de que hoy podría darse una solución al problema.

“Solo queremos que nos dejen trabajar y nos permitan abrir”, dijo Freddy Álvarez, dueño del restaurante Raimipamba, que -según él- recibe diariamente más de 1.000 personas en su negocio. “Tenemos que cancelar sueldos, décimos. En mi local hay 38 empleados, en Tutto Freddo son 40 empleados, entonces ustedes pueden ver las dimensiones del problema”, señaló.

COE espera informes para decidir si se abren los negocios

Hasta ayer los locales permanecieron cerrados, al igual que la calle Bolívar que da al sitio del siniestro de la semana anterior.

Según los propietarios, las autoridades les han permitido ingresar para hacer la limpieza y retirar algún material que se puede dañar en sus tiendas. “Hemos visto que no existen daños graves o que puedan provocar accidentes mayores a las personas que allí trabajamos. El tumbado está en buenas condiciones y no fue afectado por el incendio”, dijeron.

José Ochoa, propietario de la heladería Tutto Freddo, explicó ayer a sus compañeros que todo depende de las decisiones que tome el COE para regresar. “Habrá que esperar los informes eléctricos y con base en esos análisis se pedirá qué cambios se tienen que realizar”, dijo.

Ochoa también señaló que van a esperar con calma, ya que existe la predisposición del alcalde Paúl Granda para solucionar el problema.