Los cuidados son nutricionales y veterinarios
Amaru, lugar de rescate, protección y fecundación
Entre juegos, descanso y cuidados pasan los días de los más de 400 animales que viven en el zoológico y bioparque Amaru, ubicado en el sector de Nulti a las afueras de Cuenca.
Este lugar de 7 hectáreas, que alberga desde hace 3 años a animales rescatados, se ha convertido también en un espacio de reproducción de varias especies, entre ellas: leones, osos, monos, ranas, serpientes, entre otros.
Los cuidados que reciben son individuales dependiendo de su especie. La vigilancia se realiza desde el aspecto nutricional hasta veterinario. “Se maneja la dieta de cada animal según la especie, el peso y las necesidades, otros deben tomar medicación. Además del mantenimiento de los lugares, limpieza y desinfección”, dijo Victoria Arbeláez, administradora del lugar.
Los primeros individuos en nacer en este sitio, según Ernesto Arbeláez, biólogo del zoológico, fueron las serpientes y los leones. Estos últimos, en la actualidad conforman una manada de 6 individuos que se encuentran saludables.
Shaka (macho), Alika y Nila (hembras), fueron los 3 primeros leones en nacer en el lugar y en la actualidad ya se están volviendo adultos. Ellos marcaron un hito en la ciudad.
Su madre, Afra, es la mayor con aproximadamente 13 años. Simba es el padre y Kiara, la tía. Ellos fueron rescatados de un circo internacional que llegó al país y en el que sufrían maltratos.
En mayo del año anterior los propietarios del zoológico rescataron a 2 félidos más. Se trata de Amaru (macho) y Danta (hembra), que juntos tuvieron un cría. Los padres fueron enviados a un zoológico en Baños, mientras que esperan que la cría (hembra) crezca para juntarla con Shaka.
Además de ellos, también han nacido monos ardilla, un tigrillo, ranas, tortugas, los mismos que pueden ser visualizados a lo largo del recorrido que dura unas 2 horas.
El pasado 23 de abril nació Suyana, una osezno de anteojos (oso andino). Sus padres son Coya, una osa andina rescatada en 2007 de una hostería de La Troncal y su padre Jubal, de 24 años, traído a Cuenca en 1993 desde Uzhupud, en Paute.
En la actualidad la madre le está enseñando a la osezno a escalar los árboles y a afilarse las garras. La cría continúa alimentándose de leche materna y de frutas como manzanas, uvas, papaya, melón, entre otros. En las últimas semanas también se reprodujeron un cusumbo (mamífero pequeño) y 4 lobos de páramo.
El biólogo explicó que la reproducción en algunas especies es más fácil, como en el caso de primates y mamíferos. “Son animales que no tienen una exigencia de requerimientos en cuanto al manejo del proceso”, destacó.
No sucede lo mismo con los osos andinos y las ranas, pues precisan una serie de variables y técnicas como una correcta iluminación, nutrición y un espacio adecuado.
A estas y otras especies que viven en el lugar como venados, llamas, serpientes, tapires, pavos reales y un cocodrilo, desde el 7 de julio se sumó Guambi, un cóndor macho rescatado en julio de 2013 cerca de Pifo, al nororiente de Quito.
En su última visita a la ciudad, la ministra del Ambiente, Lorena Tapia, indicó que el espécimen realiza sus funciones biológicas como comer, movilizarse a saltos, realizar vuelos cortos y reproducirse, al 100%.
En ese sentido, acotó que Guambi, sería será parte del programa de reproducción, crianza y liberación con el objetivo de evitar la extinción de esta ave emblemática del país.