Ayer fue un día de sentimientos encontrados en el Registro Civil de Cuenca. Noventa y ocho parejas decidieron casarse en plena conmemoración del Día del Amor y la Amistad.

Nervios, risas, llanto, abrazos y hasta gritos de felicidad hubo alrededor de las parejas que se casaban cada 20 o 30  minutos en un improvisado espacio que fue instalado por los funcionarios de la entidad, en el parque Luis Cordero, para atender la gran demanda de matrimonios programados.

Desde las 08:00 las parejas esperaban a los funcionarios de la institución estatal. Luciendo sus mejores trajes, firmaban, uno a uno, el matrimonio civil, mientras los familiares tomaban fotos para el recuerdo.

Doris, de 18 años, ayer formalizó su relación con un joven de 23 años. Dijo estar contenta de hacerlo.

Bayron, su esposo, señaló que llegaron desde el sector de Miraflores, al norte de Cuenca, y que se había hecho realidad el sueño de casarse un 14 de febrero. “Estoy muy feliz de tener ahora a mi esposa”, afirmó el joven.

No faltaron los padrinos que, a más de felicitarlos, invitaron a un desayuno a sus allegados. “Quiero que sean muy felices y que este matrimonio dure toda la vida”, dijo Froilán Chica, quien acompañó a uno de los contrayentes.

“Es la ley de la vida. Me siento emocionado y apenado a la vez al mirar que mi hija se va de mi hogar, ¿pero qué puedo hacer?”, expresó Rolando González, al observar que su hija firmaba el documento que se convertía en una mujer  casada.

El director del Registro Civil del Azuay, Jorge Rojas, señaló que los 14 de febrero son complicados para esta institución. El año anterior se casaron alrededor de 82 parejas y dijo que la mayor parte prefiere los viernes para hacerlo”.