Carlos, de dos años, Alberto de siete y Camila de 12 (nombres protegidos), fueron rescatados de una situación de abandono y violencia familiar en el sitio La Playa, cantón Pasaje.

La niña, que padece de retardo mental, habría sido víctima de presuntas violaciones por parte de sus tíos. Todos presentaban un cuadro de desnutrición.

Estos tres hermanos fueron los primeros en ser acogidos en el centro Casita de Mis Sueños, un lugar de acogimiento temporal que fue creado en 2008 por el ex Innfa, hoy Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el Municipio de Machala.

El recinto tiene como fin proteger y restituir los derechos de niños y niñas víctimas de abandono y violencia sexual.

Según cifras de la cartera de Estado, Distrito Machala, 59 menores de 0 a 12 años ingresaron al centro el 2013. Se estima que al menos 350 niños y niñas recibieron protección desde 2008.

Al momento, el lugar acoge a 31; de aquellos 11 son menores de 5 años, 19 de 5 a 12 y dos menores están en fase de adaptación.

Gary Vera, director distrital del MIES, manifestó que el Estado a través de la política pública garantiza la protección y restitución de los derechos de la niñez y la adolescencia, rol que cumple el centro de acogimiento institucional, Casita de Mis Sueños, en los casos de menores en alto riesgo.

Mónica Niebla, directora del centro, afirma que los menores ingresan previo a una resolución judicial que determina medidas de protección.

“En Casita de Mis Sueños, se restituyen los derechos con amor, cuidado a través de un equipo integrado por sicólogos, trabajadores sociales, educadores y abogados con alta preparación y sensibilidad humana”, explicó.

La intervención en los casos empieza con una denuncia de la familia o la comunidad a la Dinapen (Policía Especializada en Niñez y Adolescencia), que pone el caso en conocimiento de un juez, autoridad que determina medidas de protección del menor en la casa de acogimiento. Los casos concluyen con la adopción o la reinserción familiar garantizando que el niño o niña cuente con las condiciones para su desarrollo y bienestar.

“Actualmente hay más conciencia sobre la protección de los derechos de la niñez y la comunidad denuncia”, expresó Niebla.

El centro funciona en un local de propiedad del Rotary Club, cedido en comodato al Municipio. La inversión anual en el funcionamiento es de 342 mil dólares, 98 mil financiados por el MIES y 244 mil por parte del Municipio machaleño.

La unidad de atención de dos plantas cuenta con las áreas de aula, atención sicológica, oficina administrativa, comedor, dormitorios, cocina, sala de estar, lavandería y enfermería.

Desde el año pasado el Cabildo ejecuta un plan de mejoras de la unidad de atención que empezó con la remodelación interior y equipamiento de las salas.

Vera, reconoció la inversión municipal y señaló la necesidad de mejorar las condiciones del patio para que los niños y niñas cuenten con un amplio espacio de juegos.

Uno de los casos que recuerda la directora del centro, es la inserción de siete niños de un mismo núcleo familiar que fueron rescatados de varios tipos de maltratos. Los menores emprendieron el retorno a su a finales del año pasado en su domicilio ubicado en el cantón Lago Agrio.