2.500 extranjeros tramitan su permanencia en Cuenca
Cuenca se ha convertido en destino de los extranjeros, especialmente norteamericanos de la tercera edad. Según la Subsecretaría de Relaciones Exteriores Zona 6 ya viven 4.000 personas provenientes de Estados Unidos en la ciudad.
La titular de ese despacho, Ana Lucía Serrano, señaló que todos los ciudadanos de otros países están en la obligación de regularizarse. “Todos deben cumplir con las leyes”, afirmó al tiempo de recordar que quienes no las acaten tendrán que abandonar el país.
La funcionaria indicó que, de 4.000 norteamericanos, hay 1.500 personas con visas temporales, el resto, o sea 2.500, está tramitando sus documentos para poder permanecer en el territorio nacional.
Para el efecto, la cancillería levantó una oficina en la capital azuaya con el objeto de que los extranjeros realicen sus trámites directamente y no se valgan de intermediarios. “Todos los que atienden en nuestras dependencias hablan inglés fluido, e incluso otros idiomas. Para eso estamos preparados”, afirmó.
Anteriormente los trámites eran realizados solo en Quito, lo cual les implicaba el traslado, la estadía, la alimentación y otros gastos, pero ahora la oficina de Extranjería en Cuenca atiende a todos los extranjeros que desean legalizarse.
Según Serrano, antes de abrirse esta dependencia, los forasteros eran víctimas de estafas y hasta de robos. “Por tramitarles una cédula les cobraban hasta $ 500, ahora no pagan más de $ 8. La residencia tiene el costo de $ 350 y por eso les pedían entre $ 2 mil y $ 3 mil los tramitadores”.
En 2008, National Geographic destacó a Cuenca como una de las ciudades mejor conservadas. En 2009, la revista International Living escogió a Santa Ana de los Ríos como destino para pensionados y, en ese mismo año, la guía Lonely Planet la puso entre las diez ciudades del mundo para visitar.
Desde ese entonces la colonia de extranjeros ha ido creciendo paulatinamente. En Cuenca, a más de los norteamericanos, también existen alrededor de 1.500 peruanos, y cerca de un millar de colombianos. Estos últimos están organizados y han levantado pequeños comercios, mientras los norteamericanos aún permanecen dispersos en la ciudad y provincia.
Labor social
A pesar de que no todos están regularizados, hay norteamericanos que comenzaron a dar su aporte a Cuenca. Muchos de ellos, de acuerdo a Serrano, están trabajando en los asilos de ancianos y también en los orfelinatos. “Ellos laboran como voluntarios ayudando a las personas de manera desinteresada”, indicó.
Añadió que también existe un grupo que todos los días lleva comida a las personas de escasos recursos económicos.
“Ellos no quieren salir a luz pública con este labor. Dan su aporte de manera silenciosa, sin que el resto se entere, dijo la subsecretaria.
Los jubilados que llegan a Cuenca, según esta dependencia, tienen una pensión promedio que va entre los $ 800 y $ 1.500. “No es mucho para vivir en su país, pero en Ecuador es distinto”, indicó.
Regina L. Potenza, quien vino desde México, comentó que hay grupos que están dispersos en la ciudad y que no conoce de ninguna organización. “Hay grupos que trabajan en los mercados ayudando a los niños y otros que están rescatando mascotas”, dijo la norteamericana, tras indicar que ellos acatarán las disposiciones del país para regularse y cumplir con las normas establecidas por cada nación.