Los fines de semana hay una avalancha de turistas
Hasta 14 mil carros ecuatorianos llegan a Ipiales los fines de semana
Los descuentos del 10%, 50% y hasta 70% en la mercadería, sumados a la devaluación monetaria del peso colombiano, son atractivos para los compradores ecuatorianos que acuden a Ipiales, en especial, los fines de semana.
Esta actividad suele generar congestión vehicular en la Panamericana Norte. Cientos de automotores con placas de Imbabura, Pichincha, Guayas, entre otros, intentan cruzar el Puente Internacional de Rumichaca con dirección al vecino país. El diferencial cambiario juega a favor de los comerciantes colombianos, mientras que en la ciudad de Tulcán, el comercio ha bajado de manera considerable.
De acuerdo con Harold Delgado, presidente de la Cámara de Comercio de Ipiales (CCI), se mantiene una proporción de 14 mil vehículos que ingresan el fin de semana, los centros de comercio, hoteles y parqueos se colapsan por la demanda. “La promoción, como tal, no es un ejercicio urgente, Ipiales se vende por sí solo”, afirmó.
En fines de semana y feriados la presencia de ecuatorianos es importante, por cuanto gran parte de comerciantes ipialeños pueden aprovechar la bonanza para incrementar sus ingresos, al igual que empresarios del interior colombiano que hacen inversiones en centros comerciales de gran superficie, sostuvo Delgado.
Afirmó que las cifras económicas que dejan los compradores ecuatorianos en ventas diarias en un fin de semana, se aproximan a 1.300 millones de pesos ($ 488 mil) entre hotelería, restaurantes, microcomercio y otros.
Entre los principales artículos que se adquieren en dicha ciudad de la frontera sur colombiana, están desde televisores, celulares y electrodomésticos, hasta papel higiénico, jabones ropa y calzado. La mayoría de artículos tecnológicos llegan del interior de Colombia (Medellín, Cali, Buenaventura).
La congestión vehicular complica el tránsito de taxis con dirección a la frontera. Si la carrera normal cuesta $ 0,85, este valor sube a $ 2 y los taxis, para llegar a Rumichaca, deben tomar la ruta alterna: Tulcán-Urbina-Rumichaca, que demora 15 minutos y no de una a 2 horas si eligen ir por la calzada oficial. La avalancha de turistas ecuatorianos durante los fines de semana, al parecer, ayuda en algo a los taxistas que cubren la ruta a la frontera, debido al costo del pasaje, pero el resto de días el valor normal se mantiene, indicó Juan Duarte, taxista.
La diferencia de precios entre Ipiales y Tulcán en cuanto a aparatos electrónicos, como televisores, es notable; por ejemplo, en almacenes Electromillonaria de esa ciudad colombiana, un televisor de 32” cuesta 845.000 ($ 317) y en Tulcán, en Megaofertas Electrodomésticos, ese mismo televisor cuesta $ 600.
Para Carlos Narváez, propietario del almacén Megaofertas, la venta de electrodomésticos se ha reducido por los aranceles impuestos por el Gobierno. Ahora factura una o dos veces al día mediante la modalidad de crédito, anteriormente vendía 5 facturas diarias.
En Tulcán existen 5 locales de electrodomésticos que comparten la misma situación; sus dueños se quejan porque dependen de un sueldo y una comisión (que varía según el volumen de ventas), últimamente ya no estarían comisionando, agregó Narváez.
Lavadoras, secadoras, computadoras, tabletas, celulares y otros artículos también se venden en la urbe tulcaneña, pero Narváez reconoce que en Colombia hay mayor variedad porque no existen muchas restricciones de importación como sucede en Ecuador. Citó como ejemplo que en los almacenes de cadena en Tulcán no hay televisores curvos que sí existen en Ipiales.
Otro de los sectores afectados es el de venta de insumos agropecuarios. Fernando Tacan, administrador de Agropecuaria Cofarm, decidió trasladar su local de Tulcán a la parroquia Julio Andrade, debido a que en esa parroquia hay poca competencia.
Desde hace un año y medio el negocio cayó. Este local tenía entre sus clientes al 70% de compradores colombianos y el restante eran ecuatorianos. Ahora, el 10% son clientes extranjeros que acuden en busca de productos específicos.
Carmen Pozo, administradora de una bodega al norte de Tulcán, indicó que los compradores colombianos llevan productos de primera necesidad (como jabón, papel higiénico, arroz, azúcar, aceites, atunes, huevos) por ser más baratos; pese a ello, el negocio decayó en 50%. La revalorización del dólar encarece los productos. (I)