El puente de Rumichaca une el límite colombo-ecuatoriano
Ipiales y Tulcán viven al ritmo de la tasa de cambio
El puente de Rumichaca es el punto geográfico que divide políticamente a Tulcán, en Carchi, de Ipiales, en Nariño; pero ambas ciudades fronterizas comparten lazos comerciales, sociales, culturales y hasta familiares que las unen y las dividen.
José Luis Guerrero, comerciante del Centro Comercial Popular (CCP), apostado en el centro de la urbe tulcaneña, aún recuerda que hasta el año 1999, el comercio en la ciudad de Tulcán, capital carchense, vivía una época dinámica, cuando turistas del interior del Ecuador y de Colombia venían a realizar sus compras.
Los precios eran más económicos y el cambio de moneda de aquella época, de sucres a dólares, fue un factor determinante en esta actividad. Un pantalón que costaba S/. 100 mil (sucres) pasó a costar $ 4. Según Guerrero, en esta época, todavía resultaba económico para los compradores, pero después los precios subieron y el dólar se volvió fuerte en relación con el peso colombiano.
De acuerdo con la Cámara de Comercio de Tulcán (CCT), en este gremio se hallan registrados alrededor de 200 negocios. José Tatés, empresario hotelero y representante de la CCT, señala que muchos no son afiliados porque no es obligatorio y otros han dejado de pertenecer al gremio.
Entre los negocios existentes, constan bodegas de productos de consumo masivo, almacenes de insumos agrícolas, electrodomésticos, restaurantes, textiles y hoteles que se ubican en las calles Bolívar y Sucre, desde el sector del Mercado San Miguel hacia el norte de la urbe, donde se concentra la mayor parte comercial de la ciudad. “Estos son los sitios donde tradicionalmente ha existido comercio, lamentablemente se han cerrado entre el 30% y el 40% de los locales”, indicó.
Laura Velásquez, originaria de Otavalo, quien vive 28 años en la provincia de Carchi, desde su puesto de sacos de lana y chaquetas en el Centro Comercial Popular, observa que el movimiento de personas es mínimo. “Los escasos visitantes apenas se detienen a mirar la mercancía que ofertamos”.
Mientras que en Ipiales, en el Centro Comercial San Andresito, el ambiente es diferente, el bullicio de los vendedores y el trajinar de los visitantes denotan un movimiento comercial en los locales.
Álvaro Ruano, vendedor de ropa deportiva, pese a tener ventas, se queja del auge delincuencial que ha afectado en los últimos meses. “Los robos son más frecuentes a transeúntes y locales”, sostiene.
En Ipiales, el comercio se concentra en las calles Sexta, Séptima y Octava, y sus transversales. Desde la entrada al centro ipialeño, en más de una cuadra, los negociantes muestran su mercancía en aceras y locales comerciales. Según el registro mercantil hay un aproximado de 3.800 establecimientos de calzado, ropa, artículos tecnológicos, celulares, útiles escolares y de aseo, entre otros.
Adriana Ardila, comerciante de la zona, mencionó que las cosas en Ipiales subieron de precio: “Los productos de primera necesidad se incrementaron”. Por su lado, Harold Delgado, presidente de la Cámara de Comercio de Ipiales (CCI), estima que el 25% de los productos que se venden en la Plaza Central como frutas, verduras y tubérculos son de origen ecuatoriano. Incluso en las calles céntricas hay vendedores indígenas que comercializan tejidos y artesanías.
Según Delgado las 2 ciudades versan su economía en relación con la tasa de cambio. “Siendo beneficiadas o afectadas por este”. En las últimas semanas, en la frontera el cambio de moneda se situó, alrededor de 2.700 pesos por $ 1.
En Tulcán, cerca de 300 cambistas que trabajan desde hace muchos años se agrupan en sectores como el parque Ayora, el parque Central, la Terminal Terrestre y Rumichaca. Mientras que en Ipiales, los cambistas de moneda se concentran en Rumichaca y en la calle 14. Se estima que existen cerca de 400 cambistas, que al igual que sus similares tulcaneños comparten esta actividad por ser economías complementarias. (I)
En el Centro Comercial Popular en Tulcán existen más de mil comerciantes que se ven afectados por la diferencia cambiaria entre el peso el dólar. Foto: John Guevara / El Telégrafo