Los perjuicios serían de entre $ 60.000 y $ 100.000
Supuesta estafa a damnificados de Cañitas vincula a grupo religioso
Entre las polvorientas calles de Cañitas (Charapotó, Manabí) se escucha una canción del cantante cristiano Danilo Montero: “eres todopoderoso, eres grande y majestuoso...”. La música sale de la casa de Andrea Murillo, quien está a la espera de que esté listo el almuerzo.
En el portal de su vivienda conversa con su vecino, Joselito Zambrano. Hablan sobre el tema que les afecta a más de 540 personas de la localidad y otras 20 comunidades.
Desde hace una semana el anhelo de tener una casa nueva se desvaneció cuando Karina B desapareció de Cañitas. Ella lideraba un supuesto proyecto para construir 400 viviendas en comunidades como Cañitas, El Venado, La loma de los vientos, Pasadero, entre otros lugares que fueron afectados por el terremoto.
Andrea cuenta con desazón que Karina B. convenció a centenares de cañitenses de que llegaría ayuda procedente de países como España, Estados Unidos, Francia, Chile, Colombia, desde donde les donarían casas valoradas en $ 9.000, pero que para recibir la ayuda debían legalizar la situación de sus casas y tener escrituras. Para agilitar los trámites pedía hasta $ 200.
“Ella ganó credibilidad entre las personas porque empezó a hablar de Dios”, acota Andrea, quien antes de dar más datos sobre Karina B., respira profundo. “Esta chica antes era prostituta y tras el terremoto andaba diciendo que Dios había cambiado su vida. Nosotros le creímos, porque andaba con la Biblia en la mano y alababa a Dios. Al principio, nos trajo ayuda desde Manta, por eso parecía un cambio real”.
Leodán Caicedo, quien trabajó con la supuesta estafadora, indica que ella le prometió $ 10 diarios por su labor de asistirla, “pero se fue debiéndome casi dos meses de paga. Al principio era cumplida, pero luego llegaron los engaños”.
Cuenta que la supuesta canalizadora de la ayuda internacional “andaba con un grupo de colombianos, quienes decían ser de una fundación. Aseguraban ser evangélicos, pero tenía actitudes que no eran de personas que hablan de Dios”.
Para Caicedo, la supuesta estafa sería de entre $ 60.000 y $ 100.000. “La sorpresa fue el lunes de la semana pasada, cuando ella desapareció junto a todos los colombianos que la acompañaban.
Manuel Gilces, alcalde de Sucre, destaca que el supuesto grupo religioso “se aprovechó de la falta de conocimiento del pueblo y de su desesperación”. Para el burgomaestre, la confusión se dio tras una visita suya a la localidad. “Se tomaron nuestro nombre para decir que el proyecto ya estaba aprobado por el Municipio. Yo estuve en Cañitas hablando sobre nuestros planes de legalización de tierras y ella aprovechó para decir que nosotros éramos parte del proyecto”. (I)