La solidaridad de su gente y las obras levantan a Pedernales
Luis Ibarra, agricultor y vecino de Pedernales, comparte sus experiencias sobre el terremoto del 16 de abril de 2016.
“Fue una noche tenebrosa que nos quedó para el recuerdo de nuestras vidas. Ni yo ni mi familia nunca habíamos pasado por esto.
Cuando era niño me contaron mis padres que habían pasado por el terremoto de 1942 que ocurrió en Chone. Ese sábado 16 de abril yo estaba en mi casa solo; toda mi familia estaba en Santo Domingo. Mi hija estudia por allá y mi esposa la estaba acompañando.
Cuando sentí el movimiento yo salí a protegerme en la calle, sin darme cuenta de que los edificios aledaños se estaban cayendo.
En ese instante, yo estaba esperando la muerte, pues parecía el fin del mundo. El Señor sabe lo que hace.
Así fue el terremoto que nos quebrantó a todos los manabitas. Yo perdí mi casa y la reconstrucción que se prometió después de la primera visita de una de las funcionarias, nunca se dio.
Yo empecé a reconstruir en donde vivo actualmente haciendo un importante esfuerzo, porque levantar desde cero una construcción cuesta mucha plata. Y la verdad es un lujo que hoy en día no puedo darme.
Así que hice un préstamo a una pariente y utilizando los ahorros que tenía junto con mi esposa, hemos levantado un pequeño departamento de dos dormitorios, sala y cocina sobre los locales comerciales que resistieron el movimiento, para poder vivir junto a mi familia.
No hemos perdido la fe y siempre tuvimos convicción de salir adelante, trabajando y luchando uno sale adelante y todo esto por una porfía. Dios sabe lo que hace y yo le doy gracias porque mi familia está con vida.
Uno debe valorar precisamente aquello; las pérdidas materiales finalmente se recuperan, pero la vida y la salud de los seres queridos es lo más importante. Y veo que a muchos vecinos y amigos de igual forma les ha costado recuperarse.
Ahora veo que la mayoría de personas han optado por no hacer edificios. El paisaje de Pedernales también ha cambiado a raíz del desastre ocasionado por el terremoto.
Después del 16 de abril, hubo mucha ayuda que llegó desde todos los rincones del país para sacar adelante a la ciudad. Nosotros los pedernalinos arrimamos el hombro. En nuestro caso fuimos acogidos por hermanos y primos que nos brindaron hospitalidad mientras adecuábamos nuestra vivienda.
Hemos empezado a vivir de nuevo después de esa tragedia. Fue una desgracia que probablemente nos agarró en nuestro mejor momento, aunque en mi caso ya no tengo las mismas energías.
Pedernales luce con otro espíritu, la gente es más solidaria. En lo comercial el cantón se recupera, pues los negocios que cerraron o perdieron sus cosas hoy están trabajando gracias al esfuerzo de sus propietarios”. (I)