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Tungurahua acoge la mitad de manabitas desplazados a la Sierra centro por el terremoto

La familia Herrera Castro labora con un negocio de ropa en un mercado mayorista.
La familia Herrera Castro labora con un negocio de ropa en un mercado mayorista.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
31 de mayo de 2016 - 10:13 - Redacción Regional Centro

Hasta el momento 32 familias de diferentes puntos de Manabí han llegado a Tungurahua, tras el terremoto del pasado 16 de abril. Así lo confirman el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), entidad encargada de atender las necesidades básicas de quienes perdieron sus viviendas, negocios y pertenencias, a causa del sismo.

Esta cifra representa más de la mitad de personas que han arribado a las provincias de la Sierra centro, es decir Chimborazo, Cotopaxi y Tungurahua. Según la cartera de Estado, actualmente en Latacunga residen 15 familias oriundas de Manabí y en Riobamba, 14.

Celeste Arias, directora distrital del MIES, explicó que el 100% de estos hogares, que en su mayoría se alojan en casas de familiares, reciben con frecuencia vituallas y otras ayudas.

“Ambato acoge a gran parte de los desplazados provenientes de Portoviejo, Manta y Pedernales, y otros sectores, siendo este último punto del que más han venido. Pero en Cevallos, Pelileo, Mocha, y otros cantones tungurahuenses, también se han establecido, hasta donde los funcionarios del Ministerio de Inclusión llegan para conocer las condiciones de vida, entregar los kits alimenticios y gestionar atención sanitaria, sicológica y requerimientos laborales y de educación de los miembros de estos hogares”, dijo.

La venta de ropa y preparación de comida típica manabita, son las actividades a las que se dedican la mayoría de desplazados residentes en Tungurahua. Una de ellas es Mayrobi Castro, quien es oriunda del cantón Pedernales.

“Si bien el MIES nos entrega alimentos frecuentemente, los gastos del hogar son grandes. En mi caso, gracias a un familiar que me facilitó temporalmente un local en el Mercado Mayorista de Ambato, estoy vendiendo ropa de niño que hace una semana traje de Huaquillas”, dijo Mayrobi Castro, mujer de 29 años, nacida en Pedernales.

Ella junto a su hijo de 9 años y esposo, viven en la casa de su abuela materna en el cantón Cevallos, ubicado a 15 minutos de Ambato. Su vivienda fue afectada en un 80% durante el terremoto. Si bien extrañan su tierra, dicen no querer regresar por temor a las réplicas.

“Hace algunos días estuve allí y la verdad no queda nada de mi casa, es muy triste. El 18 de junio la Gobernación de Tungurahua organiza la Feria Gastronómica de Manabí y Esmeraldas, un evento en el que participaremos pues la gastronomía no es ajena para la mayoría de manabas: mientras tengamos oportunidades de trabajar y estudios para mi hijo, no pensamos volver, por lo menos dentro de los próximos tres años”, señaló Alexis Herrera, esposo de Mayrobi.

Según este matrimonio, al menos 18 de las 32 familias manabitas que están en Ambato, Mocha, Quero, Cevallos y otros cantones tungurahuenses, están abriendo locales de venta de mariscos, productos agrícolas de Manabí y comida típica.

Situación en Chimborazo

Según el Ministerio de Inclusión hasta el momento han llegado a Riobamba 77 personas de Manabí, que integran 14 familias. Uno de ellos es Jorge Mesacha, quien llegó a la capital chimboracense junto a su esposa y tres hijos a los pocos días del fuerte remezón. Desde hace 15 años él se dedicaba a la venta de encebollados en una de las zonas más visitadas en Pedernales.

Planificaban abrir otro comedor, pues la sazón del Paisa, nombre del restaurante, tenía gran acogida. Sin embargo el terremoto acabó con este sueño pues el negocio se vino abajo, al igual que la infraestructura de su casa. Lo único que pudieron recuperar fueron las ropas que traían puestas.

“Decidimos emigrar porque mis hijos tienen terror estar allí. Vinimos a Riobamba con el temor de cualquiera que sale de su tierra, pero nuestros hermanos chimboracenses nos han sorprendido gratamente” indicó Mesacha.

Instituciones públicas, al igual que entidades privadas y la colaboración de la ciudadanía, hicieron posible que esta familia abriera un local de platos típicos manabitas, en la que se ofrece encebollados, ceviches, corviches,  etc.

Las sillas, mesas, cocina, incluso el menú impreso en papel; fueron donadas por varias empresas y personas. El restaurante se llama “La Hueca, El Sabor de Pedernales”. Este es solo un ejemplo de los emprendimientos gastronómicos que el resto de hogares desplazados hacia Chimborazo, están levantando en otros cantones de esta provincia.

Venta de ropa en Latacunga

El 19 de abril Secundino y su hermana, Flor Chanatasig, llegaron desde Portoviejo a Saquisilí, cantón de Cotopaxi. Su tía materna fue hasta la denominada zona cero en la capital manabita, a traerlos junto con sus familias. Les ofreció posada pues ambos hermanos quedaron sin hogar y también sin empleo a causa del terremoto.

En Portoviejo Secundino se dedicaba al comercio de ropa. Debido a los daños que sufrió el local donde guardaba la mercadería, logró rescatar solo el 30%. De ahí que buscó el apoyo de las autoridades latacungueñas para que le permitan utilizar un local del Centro Comercial Popular.

Los hermanos Chanatasig explicaron que su estadía en la Sierra será momentánea pues planean regresar cuando los escombros sean removidos en su barrio. “Creemos que eso será en unos seis meses, Dios mediante. De momento nos dedicamos a la venta de toda clase de ropa”, dijo Secundino.

Las 15 familias manabitas que arribaron a Latacunga, según el MIES, al igual que en Ambato y Riobamba, reciben periódicamente alimentos y otros artículos de primera necesidad.  (I)

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