La promesa del alcalde  Juan Salazar (hoy en prisión), en 2011, de que el Plan Maestro de Agua Potable y Alcantarillado terminaría con las dificultades de la ciudad en estas áreas, máximo a fines del año pasado,  parece  lejos de cristalizarse.

“Desde que me instalaron el medidor nuevo el agua se fuga. Se llama a la empresa, pero dicen que no es asunto de ellos, que vaya donde el contratista. Se busca al contratista, quien  dice que no es su responsabilidad porque ya pasó la fiscalización y el agua sigue regándose”, reclamó Andrés Inca, del barrio El Vergel.

Luis Maldonado, miembro de la Veeduría del Plan, indicó que  el informe final, que   presentarán antes del 15 de junio, contempla varias observaciones a los trabajos que se efectuaron. Entre ellas, el hecho de que no debían ser cambiados todos los medidores y que muchos de los nuevos  están mal colocados y otros destruyen bienes patrimoniales.

“Un 8% de los medidores debía ser cambiado, pero no se justifica la instalación de tantos (...) Y debieron instalarse en el piso y no en las paredes, pues destruyen bienes privados”, expresó Maldonado.

A ello se suma el anuncio del concejal José Luis Aldaz de que los trabajos que se realizan no garantizarán la continuidad del servicio en   la ciudad las 24 horas del día.

Según el edil chimboracense, técnicos de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado de Riobamba (Emapar) habrían dicho a los miembros del Directorio de la entidad que este ofrecimiento no se cumplirá, a pesar de que se   invierten 30 millones de dólares con esta finalidad.

En tanto, en la ciudad hay racionamientos de 05:00 a 08:00, de 12:00 a 14:00 y de 19:00 a 21:00.