En una de las bancas del parque Maldonado encontramos a don Aurio Cevallos, de 81 años de edad, quien repasó la transformación que ha vivido la ciudad de Riobamba.

A su mente vinieron vivencias como cuando él tomaba los jugos del mercado La Román, que estaba ubicado donde luego se levantó el edificio del Banco Central del Ecuador, y en donde en la actualidad funciona el Consejo Provincial. “Esos pisos eran de tierra y cuando llovía se formaba un lodazal”, contó.

El riobambeño rememoró que en las afueras de ese mercado existía una cooperativa de carretas. “Me acuerdo que siempre esperaban sus carreras y los caballos dejaban todo sucio; qué tiempos aquellos”, dijo.

De ello han pasado más de cinco décadas y hoy Riobamba es una ciudad con 225.741 habitantes, según el censo del 2010; cuenta con un Plan de Desarrollo que proyecta la ciudad para los próximos 15 años, aunque también con un presente que, según muchos, es el producto de las malas administraciones municipales.

Pablo Muñoz, concejal de Riobamba y miembro de la Comisión de Planificación, afirmó: “Nuestra ciudad es rica, no solo en lo social, sino en lo cultural, histórico y político; tenemos mucho que ofrecer, pero no ha crecido y desarrollado”. Y estableció responsabilidades de esa situación: “Es cierto que por el momento no contamos con una administración que saque a relucir las cosas buenas de nuestra ciudad, pero Riobamba tiene a dónde extenderse y existe gran potencial”.

Por su parte, Rodrigo Pumagualli, ingeniero civil y empresario, señaló que uno de los problemas de Riobamba es que está creciendo de una forma desordenada. “Existen barrios en el sector urbano que no cuentan con los servicios básicos, no hay una planificación y si la hay, es inadecuada. Pese a que tenemos un Plan de Ordenamiento Territorial, esto solo ha quedado en papeles, pues en la práctica no se lo ha respetado”.

Este crecimiento desordenado se palpa en el congestionamiento vehicular que afronta la ciudad. Se estima que hace 20 años solamente existían unos 8.000 vehículos y hoy la Agencia Nacional de Tránsito estima que hay unos 30.000 automotores circulando. “No planificaron la ciudad con esas realidades, no hay vías de circulación, no existen pasos elevados y no se ha tomado en cuenta a un colectivo que va en aumento, como son los ciclistas, quienes a más de movilizarse cuidan el ambiente”, dijo Pumagualli.

El Plan de Desarrollo de Riobamba determina la creación de un nuevo anillo vial o paso lateral. Pero eso deberá ser un proyecto en el que se tomen en cuenta a otros cantones cercanos para un beneficio zonal y no solo de ciudad. La ubicación de las terminales interprovinciales, zonas verdes, cercos de protección ambiental, entre otros.

Otro problema que deberán enfrentar con decisión las autoridades en los próximos 10 años, es determinar exactamente las zonas y el uso del suelo. La delimitación de un Parque Industrial o la recuperación de esos espacios para la ciudad para establecer zonas verdes, las que aún se consideran un déficit en la zona urbana riobambeña.

“Como riobambeños, estamos muy dolidos por lo que hoy pasa en nuestra ciudad (desvío de dinero del Cabildo) y una fiesta que debería ser de dicha la vemos empañada; pero no nos amilanamos y aún soñamos que podemos ver a nuestra ciudad transformada”, sostuvo la riobambeña Mercedes Llerena.

Don Aurio ha visto durante su vida cómo ha cambiado la ciudad: sus parques, sus plazas, el cementerio, la casona municipal, las piedras de las calles y al preguntarle sobre cómo imagina Riobamba en 10 años, afirmó: “No sé si pueda ver a la ciudad en ese tiempo, pero me gustaría que sea una ciudad pacífica y tranquila, como era antes”.