Los sefardíes enriquecieron a la cultura de Bolívar
Muy pocos bolivarenses han oído hablar de la cultura sefardí, a pesar de que forma parte de las raíces de la provincia.
Esta cultura, originaria de Israel, habitó y prosperó en la Península Ibérica. Pero con el inicio de la Inquisición, sus miembros fueron obligados a transformarse en católicos, padecer castigos acusados de herejía o migrar. Es así que los primeros judeo-ibéricos habrían llegado al actual Ecuador.
Se cree que arribaron al corregimiento de San José de Chimbo entre finales del siglo XVI y principios del XVII (luego se expandirían por el resto de la provincia y del país), aunque pudieron hacerlo antes, con la llegada de los conquistadores Alvarado y Benalcázar.
Por ello se dice que son 500 años desde que los primeros sefardíes se asentaron en su nuevo hogar, conviviendo con el resto de habitantes bolivarense. Y es en la comida, donde más se pueden ver los rasgos de esa cultura en la zona.
Julio Ballesteros, actual presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE-Bolívar) en Bolívar y profundo conocedor de la historia de la provincia, resalta que la cultura sefardí se puede encontrar en los aspectos más cotidianos de la vida.
“Hasta hace unos 30 años, cuando los jóvenes estaban en busca de su primer amor, los padres, antes de dar su consentimiento, hacían que la chica envolviera chigüiles. El rito se relaciona con la envoltura de un niño, y si no podía hacerlo, consideraban que la pareja no estaba preparada”, contó.
La forma de descubrir las destrezas maternales de las muchachas serían una herencia judeo-ibérica.
Así también, cuando una relación de pareja estaba por volverse formal, se invitaba a comer a la persona; y si esta no aceptaba lo que le servían, era considerada melindrosa, tal como sucede entre los sefardíes.
Estos generalmente prefieren las tortillas al pan, pues no consumen harinas con levadura. Y sería por ello que son tan apetecidas y consumidas las tortillas de maíz asadas en todos los cantones de Bolívar.
“A diferencia de otras ciudades, en San Miguel y Chimbo se asentaron muchos europeos y no necesariamente sobre una población andina. Tampoco se han encontrado vestigios arqueológicos de culturas originarias en Guaranda, sino más bien en sus alrededores”, refirió sobre el tema Tomas Chávez, abogado y comunicador social.