Alimentar a ejemplares de tilapia y verificar los avances en cultivos de hortalizas, entre otras labores, forman parte de las tareas de los estudiantes de bachillerato en la Unidad Educativa Sibambe, del cantón Alausí, provincia de Chimborazo.

El nombre de este plantel es de origen quichua, y quiere decir ‘río que corre del cuello de la montaña’. Allí, tanto alumnos como docentes le apuestan a un proyecto acuapónico para la crianza de tilapias y cultivo de hortalizas.

La acuaponía es un innovador sistema de producción sustentable de peces y plantas, que permite aprovechar al 100% los residuos de ambas actividades para fortalecerlas entre sí.

Silvia Espinoza, docente del área de educación agropecuaria de la Unidad Educativa Sibambe, explicó la importancia de esta iniciativa para el desarrollo integral de los alumnos a 2.461 metros de altitud.

“La temperatura en la comunidad oscila entre los 12 y 20 grados, y la altura es de 2.461 metros. Las ventajas de la acuaponía potencian la piscicultura y el agro, y su práctica diaria en el plantel permite a los jóvenes aprender esta innovadora técnica con la que se ahorra agua y otros valiosos recursos”.

A más de esto la maestra relievó los métodos amigables con el ambiente que se aplican en ambas actividades.

“Gracias a la simbiosis entre especies vegetales y animales no hacen falta productos químicos; es por ello que la salud de plantas y peces es óptima”, agregó Espinoza.

El término acuaponía mezcla las palabras ‘acuicultura’, que es la producción de organismos acuáticos, e ‘hidroponía’, que hace referencia al cultivo de plantas sobre agua.

Durante el crecimiento de las plántulas se produce materia vegetal rica en nutrientes, la que sirve de alimento a los organismos acuáticos y ayuda a crear un ambiente óptimo para su desarrollo. Una vez que los peces han procesado su comida, segregan componentes beneficiosos para la actividad agrícola.

Inicio del proyecto
El proyecto se inició en septiembre del año pasado con apenas 46 tilapias en un estanque de 2,6 metros, el cual fue construido por los estudiantes y profesores.

Más adelante, una bomba de oxígeno fue adaptada a la piscina, similar a una pecera  a gran escala.

El agua proveniente del estanque, enriquecida con diversos nutrientes, riega cada día las plantaciones de hortalizas tales como acelga, col, brócoli y lechuga.

Los estudiantes revisan los sembríos dos veces al día. “Además se dedican a la crianza de aves de corral, cuyes, conejos, ganado vacuno y porcino. La práctica brinda una mejora sustancial en la educación de los alumnos de bachillerato”, dijo Teresa Calero, vicerrectora del plantel.

Allí se educan 492 jóvenes como resultado de la fusión de 17 unidades educativas de Bayanag, Cushcum, Chilcapamba, San Miguel Loma, Cotoyaco, Chinipata, entre otras comunidades. (I)

Dos veces por jornada educativa los alumnos realizan trabajos en los sembríos de hortalizas del plantel, entre ellos de col, brócoli y remolacha. Foto: Cortesía Magaly Villacrés.