El Parque Sucre aún no convence a riobambeños
El proceso de remodelación del Parque Sucre que se inició el 6 febrero del 2012 y se entregó el 16 de enero del 2013, no termina de convencer a todos los ciudadanos de Riobamba.
Grupos de activistas han sido críticos, a través de las redes sociales, a la intervención que se efectuó en ese espacio patrimonial, llegando incluso a efectuar un pedido formal a la Contraloría General del Estado, con la presentación de tres mil firmas, para que emita un pronunciamiento sobre la obra. En ella se invirtieron 458140,13 dólares.
El primer conflicto se produjo al arrancar los trabajos de intervención en los que, según un informe emitido por el Instituto Nacional de Patrimonio Regional 3 (INPCR3), no se utilizaron métodos y técnicas apropiadas. Además, la Comisión de Centro Histórico del Municipio no tuvo conocimiento ni dio la autorización para que se ejecutaran los trabajos. Esto motivo la suspensión de la obra el 13 de febrero del año pasado.
Atendidas las primeras observaciones, la obra se reinició en marzo; pero en abril fue sometida a una segunda suspensión por parte el INPC, que adujo la repetición de inobservancias a recomendaciones emitidas. Luego, tras varios ajustes técnicos, la obra se retomó en septiembre del 2012.
Esta serie de demoras son parte de la inconformidad social, sostuvo Diego Villacis, veedor ciudadano del Parque Sucre. “Hay un gran costo social de esta obra, porque vemos que mucha gente no se siente identificada con el Parque”, indicó.
Y una vez entregados los trabajos de restauración, se abrió un nuevo escenario de conflicto. Esta vez sobre el aspecto que presentaba el Parque al no tener el mismo número de bancas ni las figuras de leones que eran la base de estas estructuras.
Patricio Zarate, técnico municipal indicó que ocho bancas fueron dadas de baja puesto que no era posible su remodelación debido a su estado. Se prevé la destrucción de ese mobiliario. En cuanto a los 16 leones que acompañaban a las estructuras, estos aún reposan en manos de la municipalidad, sostuvo.
Juan Bernal, restaurador y artista plástico, indicó que no solamente el número de objetos faltantes provocó el descontento ciudadano. A eso se suma el encontrarse con un color y trabajo de obra que le quitó su identificación con la sociedad. “Hay una falla en el acabado final.
En el caso del Neptuno, los estudios señalaron que no se debía desnaturalizar al metal y que no se le dé brillo; pero ahora lo vemos con una capa fuerte que hace ver a la obra como si fuera de fibra de vidrio y esto empobrece a la escultura. En cuanto a los leones, le colocaron una capa de color, quitando el original de granito y hormigón que iba en armonía con las bancas, que de paso, en su lado posterior, han sido tratadas con una lechada verdosa que no les corresponde”, manifestó.
El informe de la Veeduría Ciudadana emitido en mayo del año pasado, señaló, además, que de acuerdo con documentos entregados por el Municipio de la capital chimboracense, no se ha identificado un proceso adecuado de intervención técnica en el espacio denominado Parque Sucre.
La semana pasada, la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) Núcleo de Chimborazo efectuó un foro denominado “Mitos y Verdades del Parque Sucre, el cual congregó a representantes del Cabildo, veeduría ciudadana y técnicos en bienes patrimoniales y conservación.
El gran ausente de esa cita, pese a haber sido invitado, fue el Instituto Nacional de Patrimonio (INPC) y los contratistas de la obra, quienes debían exponer acerca del trabajo de restauración.