El comercio informal es el mayor reto del nuevo alcalde de Ambato
Aceras abarrotadas de personas, griterío ensordecedor, desechos vegetales y plásticos en la calzada, y la presencia de delincuentes, es el ambiente que se evidencia cada lunes a lo largo de la calle Tomás Sevilla de Ambato.
Esta arteria vial, que está muy cerca al centro histórico, nace a escasos metros del Mercado Modelo, importante centro de expendio de comestibles y víveres en la urbe.
Paradójicamente, desde el nacimiento hasta el final de dicha vía (10 cuadras), se desarrolla la feria ambulante más grande de la ciudad.
Si bien no existe un registro exacto del número de vendedores que allí laboran, se estima que cada lunes llegan entre 1.500 y 2.000 mercaderes de zonas rurales.
Problema recurrente
Sin duda el comercio informal es un tema que la actual administración no ha podido resolver. Según urbanistas, de no atenderse traerá graves consecuencias. Uno de ellos es Jaime Betancourt, técnico en ordenamiento territorial.
“Las ventas callejeras han sido la ‘piedra en el zapato’ de tres administraciones anteriores. Si esto no cambia, ningún plan turístico dará resultado, pues la informalidad provoca caos vehicular, problemas de movilidad peatonal, y varios tipos de contaminación”.
Desde mayo de 2014, mes en que Luis Amoroso tomó las riendas del Municipio, se han hecho varios acercamientos con los informales para buscar una solución.
No obstante, hasta la fecha el problema no ha desaparecido. Otras vías afectadas por la presencia de comerciantes informales son: Cuenca, García Moreno y Rocafuerte, en sus esquinas con la Tomás Sevilla. Allí además se expenden herramientas agrícolas, prendas de vestir, calzado, lácteos, y otras mercancías, los miércoles y viernes.
“Inicialmente el alcalde anunció que había más de 500 puestos vacíos en la Red de Plazas y Mercados, y que nos facilitarían el ingreso. Pero nunca se simplificaron los trámites ni se tomaron en cuenta nuestras necesidades; entonces decidimos continuar en las calles hasta hoy”, señaló Marlon Ochoa, uno de los autoproclamados dirigentes de los vendedores informales.
En abril de 2018, Amoroso contempló la posibilidad de expropiar un amplio predio, donde funcionó una empresa textil, a fin de reubicar allí a los mercaderes.
“Sin embargo no se ha concretado el proyecto y las ventas callejeras continúan. Los vecinos de la Tomás Sevilla sufrimos por contaminación acústica y robos”, aseguró Lourdes Mejía, dirigente del barrio Eugenio Espejo.
Según el arquitecto ambateño Álvaro Montesdeoca, no existe un proyecto concreto del Cabildo para regularizar a los informales.
“El mayor reto de la nueva autoridad es erradicar el comercio informal sin vulnerar el derecho al trabajo. Ambato es la urbe más comercial de la región, no caerían mal dos mercados más donde los ambulantes puedan laborar seguros”, dijo Montesdeoca.
Obras en ejecución
De acuerdo a un documento emitido por el Cabildo, hay 50 obras en ejecución, y muchas de ellas deberán ser terminadas por la administración del nuevo alcalde, Javier Altamirano. El costo de cada una está incluido en el presupuesto municipal de 2019, el cual es de $ 182’051.353,94, según explicó la directora financiera, Silvia Toaza.
“Este monto fue prorrogado el año anterior debido a que 2019 es año electoral. El 56,56% del presupuesto se destinará a obra pública”, explicó la funcionaria.
Dentro de dichos planes consta la edificación de la Terminal Terrestre Sur, la cual tiene un valor contractual de $ 10,8 millones.
“Otra tarea pendiente es la conectividad entre la central de pasajeros y los usuarios, ya que hasta el momento solo hay una línea de buses que llegan al lugar”, concluyó Montesdeoca. (I)