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El Telégrafo
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Hay documentos que aportan detalles sobre estas actividades en 1922

Ciudadanos peruanos extraían oro en Mera en condiciones precarias

Los sacerdotes católicos abrieron la puerta a la colonización de la Amazonía que con el tiempo permitió la migración de cientos de habitantes de las provincias de la Sierra central y de la Costa. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
Los sacerdotes católicos abrieron la puerta a la colonización de la Amazonía que con el tiempo permitió la migración de cientos de habitantes de las provincias de la Sierra central y de la Costa. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
07 de junio de 2015 - 00:00 - Pedro Reino Garcés, historiador/cronista oficial de Ambato

Esta es otra de las tantas historias profundas que pongo en conocimiento público. Son noticias extraídas de telegramas archivados en el fondo documental que ha guardado la Gobernación de Tungurahua.

Debo decir que es la parte que se ha “salvado” de las decisiones de quienes botan los papeles viejos. Pobre historia nuestra: siempre termina en la basura o en manos de los pirómanos. La historia es estorbosa para el poder.  
Lastimosamente, la presente, está contada de modo incompleto, pues no existen documentos de contraparte, lo que hace que surja como reacción las disposiciones evidenciadas  en esos telegramas.

Ha quedado un libro en el que fueron copiados a mano solo los telegramas de los gobernadores con los que integré esta curiosa historia que empieza un 24 de febrero de 1922; y que deja entrever contradicciones en un tema tan delicado.

El inicio de la historia

“24 de febrero de 1922.- # 101.- Sr. Teniente Político Baños.- De acuerdo con instrucciones recibidas por Usted del Señor Ministro de Gobierno, proceda decomiso de armas de internados peruanos y avise al suscrito sobre resultado.

No olvide que dichas personas deben ser tratadas con toda clase de miramientos.- # 102.- Febrero 25.-  Sr. Ministro de Gobierno.- Quito.- Mayor Valladares,  segundo Jefe Batallón, dirige desde Baños con fecha  24 del presente, a Comandante Páez el siguiente telegrama: ‘Guarnición sin novedad.

Continúa la salida de peruanos siendo explotados  por el Teniente Político “Mera” que cobra por pasaportes y contiene carabinas, en su poder 12 libras oro, recomendando a los que llegan atrás, no lleguen con armamento; conviene gestione sean regresados de Baños, por seguridad nacional.-

Sin tomar en cuenta exagerado  celo referido jefe en lo que atañe integridad nacional, cumplo con el deber de llevar a su conocimiento abusos cometidos por Teniente Político “Mera”, no siendo esta la primera queja contra esa autoridad de la Provincia Norte Oriente.

Teniente Político Baños, como a usted le consta, tiene instrucciones terminantes y sus procedimientos se han ceñido hasta ahora a ellas.- Atento.- Gobernador”.

Son 15 los telegramas que hablan de una incursión peruana, de intromisión de armamento y de extracción de oro en las cabeceras de nuestros ríos de la vertiente amazónica. ¿Será verdad que tenían las 12 libras de oro? Si para la época todavía la frontera estaba en el Amazonas, y teníamos Iquitos, ¿cómo controlar desde Baños el abandono en que vivía la región oriental?

Veamos estas disposiciones: “# 187.- Abril 19.- Señor Ministro de Policía.- Quito. Cumpliendo sus órdenes, hoy a las 8 de la noche fue capturado  por Teniente Político de Baños el Capitán Guillermo Cervantes. He dispuesto que el detenido sea trasladado a esta ciudad mañana, bajo la responsabilidad del mismo Teniente Político, auxiliado por piquete del Batallón Imbabura. Espero sus instrucciones. Atento.- Gobernador”.

El siguiente telegrama indica que algo fuera de la diplomacia está ocurriendo. Veamos: “# 191.- Abril 20.- Señor Ministro de Policía.- Quito.

En ningún momento he pensado en tomar medidas extremas y hostiles en contra de ciudadanos peruanos que deben llegar hoy de Baños.

Muy al contrario, instrucciones dadas a Teniente Político eran de que procediera con toda consideración, tomando, como es natural, medidas convenientes para cumplir su orden. Atento. Gobernador”.

“# 194.- Abril 21.- Señor Ministro de Policía.- Quito. Desde ayer se encuentran aquí los ciudadanos peruanos capitanes Cervantes y Meléndez, a quienes acompañó desde Baños únicamente el Teniente Político Romo. Al Capitán Cervantes me he visto precisado a autorizarle vaya a Guayaquil para conseguir de sus compatriotas algunos recursos que les permita permanecer aquí, puesto que se hallan casi sin dinero, lo que principalmente, según ellos, motivaba su regreso a Iquitos.

Tanto Cervantes como sus compañeros me han empeñado su palabra de honor de no pretender ausentarse de Guayaquil ni de aquí hasta que yo reciba órdenes al respecto; mientras tanto están obligados a presentarse diariamente en esta Gobernación.-

Por mi parte, me consta la situación precaria en que se encuentran, ruego al Señor Ministro interponga su valiosa influencia para que se solucione esto; de otro modo, según me han manifestado, tendrán que entregarse a la Autoridad porque no podrán atender ni a su subsistencia.- Atento. Gobernador”.

Telegramas colaterales indican que el anterior teniente político de Mera  calificado de abusador, estaba muy grave por lo inhóspito de la región. Otro telegrama da noticia de su muerte a llegada de supervisores.

El tema es policiaco porque más parece que se trata de un asesinato. Los telegramas enredan los sentimientos cuando se habla de “proteger” a los peruanos que quieren pasar a Guayaquil con el propósito de radicarse en Ecuador.

“# 329.- Agosto 16. Señor Ministro de Policía.- Quito. Inmediatamente recibí su atento telegrama, marchó una escolta, al mando Capitán Tomás Rivas, con el objeto de conducir a esta a los peruanos Guillermo Cervantes y Conrado Sarmiento detenidos en Mera.

Con posterioridad Teniente Político Baños díceme haber recibido un oficio Teniente Político Mera, quien le ha asegurado que tales peruanos fugaron el 8 del actual, es decir, dos días antes de que recibiera su telegrama, llevándose respectivo equipaje”. (O)

Ciudadanos de  Mera encienden las alertas

“# 330.- Agosto  17. Señor Ministro de Policía.- Quito. Inspector Rivas que marchó con escolta Policía regresó de Mera y confirmóme lo comunicado a Usted en mi telegrama del día de ayer.

En efecto peruanos fugaron de ese lugar el día 8 del presente, es decir, 2 días antes de recibirse du telegrama ordenando  la detención respectiva.

De las averiguaciones practicadas por Rivas resulta evidente que dichos individuos no pudieron fugar sino con la anuencia  de Teniente Político de Mera, posiblemente sobornado por ellos, ya que hasta existe la circunstancia de que pudieron llevarse su voluminoso y pesado equipaje contratando cargadores para conseguir su propósito.

Habitantes de esa parroquia han manifestado indignadamente en presencia de Teniente Político, que hubieran estado listos para prestarle un auxilio que nunca se les solicitó. Ratificaré, Atento, Gobernador.”

Si se habla de que los capturados estaban en situación precaria y se había dispuesto su traslado a Guayaquil, ¿cómo es esto de la fuga desde Mera?

A parte del criterio puramente policial, la historia de las codicias se entreteje con la de los propios funcionarios.

También sacamos en claro que las cabeceras de nuestros ríos orientales siempre fueron conocidas por nuestros abuelos como sitios de lavaderos de oro que atrajeron a ciudadanos locales y de otros países de la región. (O)

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