En Chimborazo hay 3 sitios habilitados con 160 camas
Agricultores acuden a los albergues por alimentos
El clima nublado y lluvioso impide observar directamente al volcán Tungurahua desde las urbes próximas, como Ambato, Pelileo, Patate y Baños de Agua Santa. Sin embargo, el coloso se deja sentir. Habitantes de Cotaló, Cusúa, Choglontus y otras comunidades reportaron ‘bramidos’ y la vibración de las ventanas en las viviendas.
Los técnicos del Instituto Geofísico (IG), apostados en el Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT), aseguraron ayer que el macizo reporta una actividad interna moderada alta. La noche del lunes hubo incandescencia a nivel cráter, además de explosiones que hicieron remecer el suelo y los ventanales de poblaciones próximas.
Con la ayuda de una cámara térmica, los científicos observaron dos flujos piroclásticos por los sectores de las quebradas: La Hacienda y Romero. Para Patricia Mothes, vulcanóloga, es probable que el coloso se mantenga en el escenario uno.
Esto significa que continuarían las explosiones, emisiones y caídas de ceniza, que en algunos momentos podrían ser más intensas.
Adicionalmente, se podrían presentar flujos piroclásticos pequeños, con un alcance limitado hasta la parte media de los flancos del volcán, similares a los ocurridos el fin de semana. Estos eventos sucederían durante las próximas dos a tres semanas. Entre tanto, los habitantes del cantón Mocha, en la provincia de Tungurahua, solicitan ayuda a las instituciones estatales.
Según el presidente del GAD de Pinguilí, Rodrigo Cobo, la ceniza afecta los frutales y otros cultivos. “Pedimos a los técnicos del Magap que vengan a comprobar los daños”. Entre tanto, en Chimborazo, dos familias que fueron acogidas en el albergue del cantón Penipe, recibieron atención humanitaria del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Las personas afectadas accedieron el lunes a kits de alimentos no perecibles.
Cada kit contiene 12 insumos básicos y pueden ser consumidos por cinco personas durante 15 días. “Es algo básico que se complementa con los productos agrícolas que las familias tienen en el campo”, explicó Germán Gamboa, técnico del área de Gestión de Riesgos del MIES.
Esteban Yumiceba es uno de los beneficiados. Él vive de la agricultura en la parroquia Puela, cercana al coloso. Tiene tres hijos, dos de ellos menores de edad. (I)