El Centro de Formación Intipungo del Vicariato Apostólico de Puyo fue el espacio donde aproximadamente 146 personas provenientes de varios países, entre promotores, agentes pastorales, líderes, activistas del medio ambiente, religiosos, ecologistas, ambientalistas y defensores de la naturaleza asistieron al Encuentro Red Eclesial Amazónica realizado en la capital de Pastaza.

El encuentro se desarrolló entre el 22 y el 24 de abril mediante talleres y conferencias, centrados en el análisis del deterioro progresivo de la naturaleza, la pérdida de la cultura tradicional de quienes habitan en la región amazónica y el conflicto que mantienen los indígenas waoranis con los no contactados taromenanes y tagaeris.  

Sobre la disputa entre las dos etnias, los prelados dijeron que los derechos formalmente reconocidos no son suficientemente protegidos y que las autoridades no han sido capaces de defender la vida de los pueblos no contactados, pese a que existe una norma legal internacional para proteger la vida de quienes habitan en estado natural.

El Obispo de Sucumbíos, Paolo Mietto, no disimuló su indignación debido a que la Fiscalía no ha producido resultados y no ha tomado acciones inmediatas en el conflicto. “Sí es verdad que les han lanzado comida desde los aviones a los no contactados. Pero esa denuncia (de la matanza) debe ser aclarada, porque de ser realidad constituye un genocidio. La situación de las niñas taromenanes en manos de los waoranis debe ser preocupación de las autoridades”, refirió.

Al término del encuentro, los religiosos concluyeron que existe un progresivo deterioro de la Amazonía y que sus culturas tradicionales tienden a la desaparición como consecuencia directa de los proyectos de expansión petrolera y minera.

Denunciaron también la falta de investigación sobre muchos hechos de violencia,  la falta de control efectivo del uso de armas y el fracaso de las medidas cautelares adoptadas para defender a los pueblos no contactados.

El Obispo de Riobamba y presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social (Cáritas Ecuador), Monseñor Julio Parrilla, fue enfático en expresar que los grupos transnacionales y los gobiernos son una amenaza para la naturaleza, ya que consideran que los recursos naturales son de fácil explotación y que se constituyen en sinónimos de enriquecimiento.

Mientras que Monseñor Jesús Sádaba, obispo de Aguarico y representante de los vicarios apostólicos de la Amazonía, expresó que la Constitución del Estado ecuatoriano garantiza como política pública la promoción de la defensa de la naturaleza y el Buen Vivir. Indicó, además, que la Iglesia Católica ha constatado que el ecosistema ecuatoriano está muy deteriorado y con riesgos de irreversibilidad.

Los prelados agregaron que frente a esta preocupante realidad, la Iglesia quiere reflexionar sobre su rol, el de los creyentes y del pueblo en la defensa del medio ambiente y la vida. Y pidieron mayor conciencia a los gobernantes para que se priorice la vida del ser humano frente a los intereses económicos.

Como muestra de su fe y con la esperanza de que las propuestas sean acogidas, especialmente por los representantes de los estados, elevaron al cielo sus oraciones en una misa de despedida.

Al final del encuentro, los obispos emitieron un pronunciamiento conjunto: “Hacemos un llamado urgente a buscar caminos de convivencia, pedimos que se detenga este desangre en la selva ocasionado por presiones de todo tipo y por poderosos intereses, para los cuales los pueblos desprotegidos son meros obstáculos para el mal llamado desarrollo”.  

El evento contó con el apoyo de varias organizaciones como el Equipo Itinerante Amazónico, Cáritas España y Alemania, Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (Aler), Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (Oclacc), entre otras.