Las autoridades de Cotopaxi evalúan percances de los últimos 3 años
14 fallecidos en lo que va del año por accidentes en vías
Según la Jefatura Provincial de Tránsito (JPT), de Cotopaxi, en 2012 se produjeron 233 accidentes automovilísticos que causaron la muerte de 101 personas.
El año pasado, en cambio, ocurrieron 309 incidentes que privaron de la vida a 142 jóvenes y adultos. En lo que va de 2014, ya sucedieron 15 percances que dejaron 14 fallecidos.
Feriados, vacaciones y demás días en los que la gente no labora son considerados peligrosos en las vías, debido a los desplazamientos masivos que se realizan desde la Costa a la Sierra y viceversa.
Los técnicos de la Policía sostienen que las principales causas son la imprudencia del conductor y manejar en estado etílico.
Cotopaxi está considerada como una de las 5 provincias donde el nivel de consumo de alcohol, en jóvenes y adultos, es elevado. Solo alrededor de la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC), en el barrio San Felipe, hay más de 10 bares, karaokes y discotecas, en un perímetro no mayor a 400 metros cuadrados.
Para la socióloga quiteña, Mary Guijarro, tanto la imprudencia del conductor como manejar en estado de ebriedad se asocian a factores culturales contemporáneos. “El individuo de modo consciente o subconsciente suele pensar del siguiente modo: si tengo un carro soy una persona de éxito por lo tanto puedo ir a la velocidad que quiera, y no importa si he bebido”, señaló.
Con el fin de reducir los niveles de accidentabilidad, la Policía trabaja con más de 1.200 estudiantes de secundaria que cruzan el campo de acción de seguridad vial.
Además, mantiene charlas en escuelas, colegios y se socializa con los conductores y peatones, para motivarlos a respetar las leyes de tránsito. Sin embargo, para la experta compartir los conocimientos sobre las leyes en la carretera no son suficientes cuando estudios revelan que los conductores deben “aprender a manejar la ira producto del estrés”.
Las circunstancias psicosociales que rodean al individuo en general, sostiene, son o pueden ser bastante restringidas, lo que lleva al aumento de la sensación de frustración sin que se tengan las herramientas para manejarla. “Conducir sin mayores restricciones permite de alguna manera la descarga de la frustración a través de conductas poco apropiadas”, aseguró la especialista.
Mariza Jácome, de 29 años, vive en el barrio La Estación. Trabaja en Ambato y diariamente debe conducir de 40 a 60 minutos para llegar puntual.
Ella reconoció que cuando no hay presiones fuertes en su empleo como docente de una institución secundaria, no conduce a altas velocidades, pero cuando está presionada sí lo hace. “No sé si la ira o el estrés desaparezcan cuando conduzco rápido, pero son factores que influyen, pues hay sensación de libertad o algo que no sé cómo describir”, reconoció.
La socióloga recomendó que las instituciones afines, así como la sociedad en general, presten atención a los cambios en la conducta del individuo de acuerdo con las condiciones que les rodean. Sugirió que antes de conceder las licencias de manejo, se evalúe el perfil psicosocial del individuo.
El objetivo es evitar que la imprudencia en las vías se mantenga como una de las causas principales de accidentes de tránsito.