Vuelo nocturno pasó la prueba de sistema de precisión
El piloto de la nave de carga Douglas MD-11, que la noche del miércoles aterrizó en la pista de Tababela, Marcel Beuckema, evaluó como exitoso el sistema de instrumentación de aterrizaje (ILS, por sus siglas en inglés) con que cuenta el nuevo aeropuerto internacional de Quito.
Con el vuelo de prueba quedó aprobado el sistema establecido por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Beuckema con 18 años de experiencia, de los cuales 14 ha volado hacia la capital ecuatoriana, explicó que encontró tres diferencias entre el aeropuerto actual y el de Tababela, por ejemplo, que la altura es menor en el nuevo aeropuerto, lo que le permitió un mejor rendimiento del motor.
También señaló que la pista es más larga, lo que aporta a un óptimo despegue; y que está libre de obstáculos como son los edificios que están alrededor de la ciudad.
Eso permitió mejor visibilidad y que el ILS tuviese mejor señal. Además, felicitó a las autoridades por los equipos de última tecnología: “son perfectos”.
Según el técnico de Martinair Cargo, José Albán, el sistema permite que el avión esté alineado con el aeropuerto, y para esto utiliza un radar instalado en la nave y los de la terminal aérea.
Estos se conectan con el ILS y este le dirige hacia la pista, para aterrizar de manera precisa, sin necesidad de que el piloto pueda observar en donde se asentará.
Con ese sistema se puede aterrizar exitosamente en condiciones mínimas. El avión que aterrizó no llevaba “mucha” carga, pero se embarcará cargamento en el actual aeropuerto que será llevado a Amsterdam.
La aeronave tiene una capacidad de hasta 84 toneladas, pero por la altura del aeródromo ubicado en el norte de la capital no se le permitirá llenarse con la capacidad máxima.