Reza un refrán que “al que madruga, Dios lo ayuda”. Quizá por esa razón unas 50 personas madrugaron ayer para ingresar al Hábitat III, en el segundo día de conferencias.

La intención era evitar las complicaciones del día anterior, marcados por extensas filas bajo el intenso sol que provocó que algunos se quedaran fuera del salón de conferencias.

Este martes, los primeros que llegaron fue a partir de las 06:00, sin importar el frío de las mañanas, una de las características de Quito. A esa hora el movimiento en el parque El Ejido, complementario a las instalaciones de la Casa de la Cultura, sede del evento, aún era fluido. Progresivamente, las cuatro columnas de acceso empezaron a llenarse.

Dos jóvenes universitarios, de aproximadamente 20 años, se preguntaban qué llevaron para comer. Uno de ellos sacó de su mochila una gaseosa, frutas y un sánduche. A las 07:00 en punto se abrió la puerta metálica. Los tres agentes que custodiaban el cerco daban paso a grupos de aproximadamente 15 personas por cada fila. Ya en el interior, cualquier dificultad quedó superada por la amplia y variada agenda de conferencias.

Los asistentes al evento aprovecharon cada oportunidad para tomarse una selfie.

Han Versthure, de 75 años, llegó desde Bélgica. El profesor del Departamento de Arquitectura de la Universidad Católica de Leuven acudió a las dos conferencias anteriores y afirma que hay diferencias entre cada una. “En la primera se hacía un análisis de las ciudades y cuan habitables eran. Antes del 76 se hablaba de la propiedad privada, mientras que a partir del 96 se empezó a planificar la infraestructura; ahora se debería poner énfasis en la recuperación del espacio público”, apuntó.

El extranjero asistió a la mesa de Marcos Socioculturales y afirmó que había demasiados policías resguardando el evento y que el cerco no le permitía conocer la ciudad. Apoyado en su bastón, aseguró que  no tuvo dificultades para trasladarse desde su hotel hasta el sitio del evento, pero le habría gustado estar más conectado con la gente.

Antonio Torrelli, arquitecto uruguayo, llegó a Quito con su compañera de trabajo Elena Guerra el último sábado. Se alojaron en un hotel ubicado en el sector El Dorado, que contactaron vía internet.

El arquitecto que se graduó hace dos años y decidió participar de la conferencia internacional porque su objetivo es montar un negocio de asesoría mobiliaria en su país. Guerra será su socia y trabajan en un proyecto urbano amigable con el ambiente.

El fin de semana recorrieron parte del Centro Histórico y les sorprendió la aglomeración de personas. “Volveremos porque aún no conocimos La Ronda”, comentó ella.

Con respecto a la comida, aún no habían probado ningún plato típico. Esto porque en su hotel se ofertaban desayunos continentales y el almuerzo lo consumíann en una cadena internacional.

Se quedarán en el país hasta el martes, por lo que contrataron un tour que los llevará a conocer el noroccidente de la capital. Visitarán Mindo y Tulipe, además de la Mitad del Mundo.

En los alrededores del evento, los locales de comida lucieron llenos.  Los establecimientos de la calle Amazonas, como Saca La Resaca, ofrecían almuerzos desde $ 3,75. En otro local el menú constaba de sancocho, arroz con carne y bebida por el mismo valor.

Oscar Restrepo, visitante de Colombia, destacó la gastronomía ecuatoriana y anticipó su afán por conocer las iglesias del Centro Histórico y el volcán Pululahua, ubicado cerca a la Mitad del Mundo. También apreció el talento de los artesanos para elaborar figuras religiosas en madera. (I)

Entre una y otra conferencia, algunos decidieron visitar los establecimientos de la Av. Amazonas.

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El evento concluirá mañana

‘Fiesta de la Luz’ atrae a visitantes de Hábitat III

A pesar de que era lunes, en la noche, en las calles del Centro Histórico de Quito hubo cientos de visitantes extranjeros que participarán en la Conferencia Mundial Hábitat III, que se desarrollará hasta mañana en la Casa de la Cultura.

Desde las 19:00, siete fachadas de las iglesias La Compañía y Santo Domingo, la plaza La Merced, la plaza Hermano Miguel, la Capilla Museo de la Ciudad, el Centro Cultural Metropolitano y el Teatro Sucre fueron el escenario en el que tres artistas ecuatorianos y cuatro franceses presentaron sus proyectos creativos en la denominada ‘Fiesta de la Luz’. La muestra utiliza la técnica del ‘maping’.  

La alta concurrencia de visitantes hizo que aumentara el tráfico desde el sector de San Blas (en el norte) hasta La Ronda (en el sur). En días normales el recorrido se realiza en cerca de 15 minutos. El último lunes el tramo demandó más de 45 minutos. Por falta de parqueaderos, la acera de la Av. Maldonado, desde la parada del Trolebús Cumandá hasta el arco de la Iglesia de Santo Domingo se llenó de vehículos. Lo mismo ocurrió en las calles Rocafuerte y Paredes.

El espectáculo que estará en exhibición hasta hoy duró hasta las 24:00. A esa hora, un contingente de policías nacionales y metropolitanos brindaban ayuda y seguridad a los visitantes. Los agentes ayudaban a los turistas a tomar un taxi para que retornaran hasta sus respectivos hoteles. (I)

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La creatividad caracteriza a negocios

Las ventas crecen alrededor de la sede del evento

La movilidad alternativa es uno de los ejes del encuentro, por ello la Unión de Ciclistas del Ecuador ofrece a los visitantes recorridos turísticos en bici.

Verónica Rojas, representante de la organización, explicó que la visión de una ciudad es distinta desde la bici: ofrece otra perspectiva y mantiene el contacto con el entorno. El alquiler de la bicicleta oscila entre $ 5 y $ 10, según las horas de uso.

Pero por $ 30 puede acceder a un tour guiado y un snack. “Los recorridos son a las 14:00 y 19:00. En la noche vamos por el Centro Histórico de Quito para observar el juego de luces de neón”. La iniciativa ha tenido buena acogida y el usuario debe presentar un documento de identificación.

En el parque El Ejido también se ofrecen artesanías, como cuadros, prendas de vestir o adornos para el hogar. Algunas de ellas se ofrecen habitualmente los fines de semana, pero con motivo de Hábitat III los artesanos fueron habilitados para vender sus artículos en los cuatro días del evento.

Julio Arellano, artesano de Otavalo, destaca que las ventas aumentaron por la acogida entre los visitantes extranjeros. (I)