La eliminación de la obra se justificó con adecuaciones para hábitat III
La reposición de escultura costará $ 65.000 a Quito
Más de cuatro meses pasaron del derrocamiento del Monumento a los Desaparecidos en el parque El Arbolito de Quito.
La obra de Dolores Andrade fue retirada por el Municipio con el argumento de la necesidad de arreglos para la conferencia Hábitat III, que se realizó del 17 al 20 de octubre.
En el lugar, en el que la obra estuvo desde 1997, se colocó el pabellón de Quito.
El derrocamiento indignó a defensores de los derechos humanos. Por ejemplo, a Pedro Restrepo, padre de Santiago y Andrés Restrepo Arismendi, los adolescentes desaparecidos en 1988 en la presidencia de León Febres-Cordero.
Desde octubre, Andrade mantuvo tres reuniones con el Cabildo para definir la reposición de la obra.
Esta semana se concretó la tercera, en la que se definió un acuerdo con el Municipio, que debe concretarse mediante un contrato, que aún no se firma. “Quedaron en darme los requisitos para la firma del contrato”, aseguró la escultora.
Según la artista plástica, se reunió con funcionarios del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) que le habrían garantizado que la obra se levantaría nuevamente. No ha mantenido contacto personal con el alcalde Mauricio Rodas.
Andrade dijo que en dichas reuniones se planteó el cambio de ubicación del monumento a un nuevo espacio, como en la plaza de la Memoria y junto a la Casa de la Cultura. “Pero resolví que sea en el mismo parque El Arbolito”.
Para la construcción y diseño de la obra, Andrade estipuló un presupuesto de $ 65.000. El monto podría subir porque necesita seguridad (24 horas) y cercar el sitio mientras se monta la obra.
La creadora aseguró que no ha recibido dinero alguno para iniciar el trabajo. La artista espera el 50% como adelanto una vez que se firme el contrato.
Andrade reconoció que habrá cambios respecto a la obra original ya que trabajará con texturas y personajes abstractos en hierro, vidrio y piedra negra.
La escultura mantendrá su tamaño de 7 metros de alto por 3,50 de ancho y 60 centímetros de espesor. Contará con iluminación y analiza la posibilidad de incorporar barrotes que se proyectarán al suelo.
EL TELÉGRAFO buscó la versión del IMP, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta. (I)