Rocío Paredes (67 años), habitante de La Jipijapa desde hace más de 3 décadas, recordó como “salidas y entradas de (su) casa con el agua hasta el cuello” los tiempos en que ante la mínima lluvia se inundaban las calles del barrio.

Lo hizo a propósito de la tormenta eléctrica y granizada caída la tarde del viernes pasado en gran parte de la ciudad, lo que inclusive obligó al cierre de la Ruta Collas por alrededor de una hora a consecuencia de un deslave y generó acumulaciones de agua en los sectores Nayón y El Batán. “Con una precipitación como esa, en otros tiempos hubiéramos tenido que sacar el agua con baldes de la planta baja”, señaló la ciudadana.

Paredes atribuyó el cambio, sin estar muy segura de los detalles, a “trabajos que hizo el Municipio hace unos 4 años”.

La mujer se refiere a la construcción de un túnel de alivio en la quebrada Caicedo (avenida Mariscal Sucre, sector El Bosque) efectuada por la pasada administración municipal entre 2011 y 2012 y en la que se invirtió $ 1 millón.

El trabajo formó parte del programa de control de inundaciones ejecutado durante 4 años y en el que se utilizaron cerca de $ 32 millones.

De acuerdo con un resumen de la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (EPMAPS-EP) entre las principales obras de este tipo están el mejoramiento y ampliación de los colectores de la cuenca Anglo-French; la intervención del colector Pomaqui de la quebrada Jerusalén; de varios tramos del colector La Prensa y la edificación de las estructuras Alpahuasi, Conchas Azules y el Noviciado, las mismas que tienen una extensión conjunta de 2,6 kilómetros y una altura de 20 metros en promedio.

El cambio de los colectores no solo implicó su prolongación, ensanchamiento y construcción, sino tambipen su transformación.

Este proceso de renovación del sistema de evacuación de líquido de las calles comprende un sistema de separación de las aguas lluvias de las servidas. De acuerdo con este esquema, los colectores antiguos son utilizados para el flujo de las aguas negras y los nuevos para el drenaje del líquido proveniente de las precipitaciones.

Adicionalmente, a inicios de este año arrancó el proceso de mantenimiento no intrusivo del sistema de drenaje superficial en el sistema de evaucación de aguas de la avenida Brasil y posteriormente en el Centro Histórico.

Este consiste en la colocación de un recubrimiento plástico de refuerzo al interior de los ductos mediante el uso de sondas teleguiadas. Este procedimiento se ha ejecutado varios fines de semana de los últimos en la calle Guayaquil.

La medida serviría como preparación de la ciudad para la época de lluvias. No obstante, el Cabildo aún no informado de medidas complementarias de prevención a ser implementadas.

Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) es inminente. De acuerdo con un reporte de la institución estatal, las precipitaciones de los últimos días en el centro y norte andinos no son eventos pasajeros, sino que anuncian el cambio de temporada.