Cuando se identifica al causante del siniestro vial, este debe asumir los costos del percance
Reparar los daños de los accidentes le cuesta más de $ 300 mil a Quito
Entre enero y septiembre de este año, 5.799 accidentes de tránsito ocurrieron en Quito, según la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Parte de los siniestros que se registran en la capital afectan a la señalética de tránsito, barandas de seguridad y demás elementos del llamado mobiliario urbano.
De acuerdo con el Municipio, hasta el 15 de octubre pasado se levantó y repuso unos 206 elementos semafóricos y 77 señales verticales que fueron derribados a causa de accidentes en las vías.
Solo el arreglo y reposición de estos elementos significaron una inversión de $ 334.000, en el caso de los semáforos, y $ 14.512, en el otro, para la ciudad.
Las cifras de daño e inversión requerida superan ya a lo ocurrido el año pasado.
En 2016, la Empresa Municipal de Obras Públicas utilizó $ 320.000 en reponer 221 elementos semafóricos (postes, báculos, pulsadores peatonales, entre otros) y $12.000 en restablecer 49 señales de tránsito verticales.
A ello se suman los recursos requeridos por la Municipalidad para reparar elementos de seguridad vial, como atenuadores de impacto, guardavías y bolardos.
El costo de reposición varía según la magnitud del siniestro y el elemento dañado. La afectación de un regulador de tráfico (cerebro del semáforo) supera los $ 10.000, por ejemplo.
Producir e instalar una señal de tránsito vertical tiene un costo aproximado de $ 70. En cuanto a semáforos, cuando se daña o se destruye algún elemento semafórico (en especial los módulos o lámparas: verde, amarillo y rojo) el costo de la reparación es de $ 135 aproximadamente por cada módulo y $ 420 por cada cabeza semafórica.
Mientras que los bolardos de separación que se observan en las ciclovías tienen un costo que varía entre $ 30 y $ 130.
La señalética vial se elabora en los talleres municipales ubicados junto al Centro de Gestión de Movilidad, que funciona en el sector de San Carlos (norte). Allí se producen alrededor de 20 señales diarias de acuerdo a los lineamientos del Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN).
Por ejemplo, la señal de ‘PARE’, una de las más comunes, es la única de diseño octogonal que existe. Tiene una dimensión de 60 cm cuadrados; la base es de aluminio anodizado (permite extender la durabilidad y es más resistente); posee dos vinilos retrorreflectivos grado 4 (permite que la señal sea más legible) y se demora un día producirse.
Parte de los recursos usados en la reposición de señales y mobiliario urbano se obtienen de las sanciones que establece la normativa para los causantes de los siniestros viales.
Por ejemplo, cuando se logra detener al infractor de un percance de tránsito, el vehículo es retenido y tiene la obligación de cancelar todos los daños que se reportan en el informe del agente de tránsito. Al momento de cumplir con el pago, el vehículo puede salir de la retención.
Cuando este tipo de elementos son derribados la idea es reponerlos en un lapso de 48 horas. Pero si la reparación requiere trabajos de obra civil, el período de instalación culmina en aproximadamente 7 días.
La reposición de elementos de seguridad vial está prevista en un lapso de 15 días. (I)