Los líos de movilidad afectaron la cotidianidad
Quito vivió un día de demoras y apretujones
Los habitantes de la capital vivieron este viernes un día singular. Hace años que no se las ingeniaban para llegar a sus destinos por la paralización del transporte. Los más prevenidos despertaron antes de lo acostumbrado para asegurarse de llegar a tiempo al lugar de sus actividades cotidianas.
La desesperación de los usuarios por ingresar a las unidades obligó a la policía metropolitana a intervenir en varias ocasiones. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO
Pero no fue el caso de todos. Hubo quienes se enteraron de la suspensión de actividades de los buseros cuando esperaron por largos períodos que pasara la unidad de transporte acostumbrada.
Rafael Cobo, agente de ventas de una empresa de electrodomésticos, fue uno de ellos.
El clima no ayudó a los transeúntes que intentaban llegar a su trabajo. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO
El hombre, que vive en el sector La Armenia (suroriente de Quito), comentó que aunque los buses que sirven al Valle de los Chillos circularon, hubo más personas de las acostumbradas en su interior.
Cobo, quien aguardaba un bus de la Ecovía en La Marín, comentó que esperaba no ser regañado por su jefe por el retraso. (I)
En el barrio Santa Rita permanecieron unidades de la Cooperativa Latina. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO