Tres medidas aplica Quito contra el tráfico
Eduardo Jiménez, un venezolano que vive algo más de un año en Quito, sueña con ciudades con menos automóviles y más bicicletas.
Luego de intentar varios empleos, Eduardo se desempeña como repartidor desde hace tres meses.
Movilizarse en un vehículo ecológico no es nuevo para él pues -asegura- era su forma de locomoción habitual en su natal Maracaibo, la capital petrolera de su país.
Jiménez considera interesante que Quito aplique políticas de movilidad alternativa desde 2003, cuando se implementaron los ciclopaseos dominicales. Desde 2009, la actividad se desarrolla todas la semanas.
En 2012 se inauguró el sistema de bicicleta pública. En inicio, el sistema consistía en el alquiler de las bicicletas y, a partir de 2013, se transformó en préstamo gratuito.
Además, la capital cuenta con una red de 109,61 kilómetros (km), según datos del Cabildo: 59,44 km entre el norte y el centro; 38,11 km, entre el centro y el sur y 12 km en Cumbayá (oriente).
A pesar de todo eso, el venezolano considera que el uso de la bicicleta no ha calado lo suficiente entre los habitantes de Quito y que la mayoría prefiere los automotores.
En efecto, el estudio de movilidad realizado para la construcción del Metro señala que el 84,4% de desplazamientos se efectúan en vehículos mecanizados y 15% por medios no mecanizados.
Y de este última forma de movilización, el 98,02% de viajes se realizan a pie y solo el 1,98% en bicicleta.
A pesar de ello, Eduardo considera que la ciudad debería seguir potenciando la movilidad alternativa para luchar contra el tráfico.
Otras medidas de movilidad
A Juan Pablo Portero, un ambateño que vivió 12 años en EE.UU. y ahora radica en Quito, le llama la atención el nivel de tráfico que se vive durante las horas pico en la ciudad.
Asegura que vio situaciones similares en urbes grandes como Nueva York o Los Ángeles, pero no entiende que ocurran en una ciudad relativamente pequeña.
El último estudio internacional Inrix Traffic Scorecard establece que la velocidad promedio de desplazamiento de los automotores en Quito fue de 12,8 kilómetros por hora (km/h) en momentos de gran congestión.
Ello significa, según la misma fuente, 1,6 km/h más lento que lo medido en Nueva York (EE.UU.).
Por ello, Portero coincide con otras personas en que la restricción de circulación vehicular o Pico y Placa, que se aplica en la capital desde mayo de 2010 por seis horas, debe extenderse a todo el día.
“Solo con medidas de ese tipo se podrá controlar el tráfico en la ciudad, que es una cosa de locos”.
Viviana Moreno, quien habita en la zona noroccidental, espera que la operación del Metro anunciada para finales de este año ayude “a destrabar el congestionamiento” en la urbe.
La ingeniera informática considera que el fortalecimiento pero, sobre todo, el mejoramiento del transporte público es la única forma de lograr que la gente deje el vehículo privado.
La construcción del Metro es la más reciente fase de los intentos capitalinos por consolidar un sistema público de movilidad eficiente.
En 1996 empezó a operar el sistema Trolebús. Y en los 23 años siguientes se han habilitado otros corredores de transporte con carriles exclusivos de circulación: Central Norte (Metrovía), Ecovía, Suroriental y Suroccidental.
A pesar de ello, los reclamos ciudadanos sobre la transportación convencional y municipal se mantienen.
En el caso de la primera, las principales quejas se refieren a conducción imprudente, irrespeto de paradas, malos tratos y competencia entre unidades. (I)