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En Quito el abandono de perros y gatos aún no se controla

En el área de felinos del PAE, en Quito, las estudiantes del Colegio Rumipamba acompañan y juegan con los gatos que esperan ser adoptados.
En el área de felinos del PAE, en Quito, las estudiantes del Colegio Rumipamba acompañan y juegan con los gatos que esperan ser adoptados.
Fotos: Mario Egas / El Telégrafo
06 de mayo de 2018 - 00:00 - Alejandra Monroy

Con los ojos  brillantes miran a los humanos que se acercan a ellos, mueven la cola y se arriman a frotar sus cabezas en busca de una caricia. Eso sí, con recelo, como si pudieran recordar al amo que los maltrató y botó a la calle. Ellos son los perros rescatados por la fundación Protección Animal Ecuador (PAE).

Según cifras de esta fundación, creada en 1984, aproximadamente 10 perros se abandonan a diario en sus tres centros de atención.

Las razones de los propietarios de estos animales domésticos sobran. Van desde episodios de agresividad, falta de recursos para mantenerlos, cambios de domicilio, viajes, hasta quejas de que los cuadrúpedos se comen las flores, dañan los muebles y hacen huecos en sus jardines…

En la sala de espera del PAE, Pablo Palacio, de 21 años, sostiene en su regazo a la perrita Zafiro. A simple vista parece una Cocker spaniel. El joven la recogió en la avenida Río Coca, al norte de Quito. Eso pasó hace 8 años, una tarde lluviosa de domingo, cuando salía a la papelería a comprar materiales para un deber del colegio. “La habían botado. Tenía un problema en la espalda, tal vez por eso la abandonaron”, recuerda mientras la cubre con una cobija a cuadros.

Con el cuidado de su nueva familia, Zafiro nunca más presentó complicaciones en su columna. Sin embargo, hoy tiene dos tumores en el pecho y por eso la lleva a tratar en la clínica veterinaria del PAE, ubicada en las calles Ulloa y Rumipamba.

Pablo Palacio lleva a su perra Zafiro a un control de salud en la clínica veterinaria del PAE. La recogió en la calle hace 8 años.Pablo Palacio lleva a su perra Zafiro a un control de salud en la clínica veterinaria del PAE. La recogió en la calle hace 8 años.

Lorena Bellolio, directora de la fundación, indica que los casos como el del joven Palacio son admirables, pues acogen como mascotas a los animales que otros desampararon sin ninguna compasión.

Bellolio asegura que cada vez hay más rescatistas independientes que salvan animales, pero los llevan a los albergues porque no pueden tenerlos temporalmente, lo cual satura al PAE.

Esta fundación tiene clínicas veterinarias en Quito, Tumbaco y el Centro de Adopciones en Alangasí. Los tres están llenos permanentemente. Nunca paran su labor, cuando llevan perritos atropellados, en la mayoría de los casos, asumen el costo de la cirugía o publican en Facebook y piden que la gente colabore. “Pero cuando les buscamos hogares temporales para que se recuperen todo se complica. Y si no los llevan, recién operados, corren el riesgo de enfermarse”.

En 2017, en el PAE, se dio en adopción a 503 animales entre perros y gatos. En 2018, de enero a abril, 247.

El proceso para obtener una mascota es sencillo. Los interesados llenan un formulario disponible en la web: www.pae.ec, y después van a una entrevista. Así los especialistas se aseguran de que los canes y felinos no vuelvan a caer en la violencia.

Por la adopción se cobra $ 20 y “sirve para cubrir las vacunas y para concienciar a la persona sobre el cuidado y responsabilidad que implica tener una mascota”, enfatiza Bellolio.

En la actualidad hay cada vez más organizaciones animalistas y rescatistas que buscan hogares para los animales desamparados. Por ejemplo, en diciembre de 2017 se creó  la plataforma www.patiodemascotas.com.  

Ellos son el nexo entre las fundaciones y las personas que buscan adoptar. Fabián Ugalde, coordinador general de la página, indica que el uso es gratuito. Cualquier persona puede subir fotos y datos de mascotas para buscarles un hogar. Los usuarios pueden ingresar y solicitar el perro o gato que deseen.

En la web se puede buscar por provincia, tipo de mascota y tamaño. “Debemos ser responsables en la vida. Hay que amar a los animales, esterilizarlos y no comprarlos porque no son cosas”, añade este abogado quiteño.

Desde que se inauguró el portal, 80 mascotas, en todo el país, han conseguido nuevos propietarios.

En cuanto a la esterilización de animales, el Proyecto Manejo de Fauna Urbana en el Distrito Metropolitano de Quito ha operado gratuitamente, a través de Urbanimal, a 2.455 perros y gatos de enero a abril de 2018.

En el PAE la esterilización de un perro cuesta entre $ 70 y $ 90, según el peso del animal. En el caso de los gatos, ese valor va desde los $ 45 y depende de su edad.

El costo puede variar por los exámenes médicos. En las veterinarias privadas los precios de esas intervenciones superan los $120.

Las mascotas de Gabriela Correa fueron esterilizadas sin ninguna complicación en Urbanimal. Su casa, en el valle de Los Chillos, parece un refugio de animales.

Allí viven los perros Leyla, Pepita, Tango y Rania, también las gatas Tita y Zafira. De ellos, 4 son rescatados. “A los perritos los encontré en las calles, corriendo mucho peligro de morir por falta de comida o por atropellamientos. A la gatita la vi en una alcantarilla. Los bomberos me ayudaron a sacarla y la llevé a la casa”, cuenta orgullosa.

La quiteña, de 37 años, se autodenomina la madre de todos ellos. Para ella adoptar es un regalo. “Tu recibes vidas para darles amor y cuidado. A veces, la gente se deja llevar por las razas, pero el amor que te puede entregar un perrito que no sea fino es incalculable”, dice.

En Ecuador, en 2017, se aprobó el Código Orgánico del Ambiente, que da disposiciones generales para el manejo responsable de la fauna urbana.

En el artículo 139 señala que uno de los objetivos es erradicar la violencia contra los animales, fomentar un trato adecuado para evitarles sufrimientos innecesarios y prevenir su maltrato: “La tenencia de animales conlleva la responsabilidad de velar por su bienestar, y su manejo deberá promover una relación armoniosa con los seres humanos”.

El Código Integral Penal (COIP) sanciona el maltrato animal con 50 horas de trabajo comunitario y prisión por 30 días.

El PAE, otras fundaciones animalistas y la Defensoría del Pueblo trabajan en una ordenanza modelo que se podrá socializar con los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) y con la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME). La idea es generar una base para que cada ciudad la adapte a su realidad.

Tampoco hay cifras actualizadas sobre la cantidad de perros y gatos en Quito.

Jenny Villareal juega con las perras: Kira, Bruna y Tomasa. Al momento gozan de buena salud. Se espera que pronto tengan nuevos hogares.Jenny Villareal juega con las perras: Kira, Bruna y Tomasa. Al momento gozan de buena salud. Se espera que pronto tengan nuevos hogares.

Según una consultoría académica para la Secretaría de la Salud del Municipio, en el año 2014 existían 600.000 animales de compañía en la capital.

El 20% se encontraba en situación de abandono, otro 20% tenía dueño y el 60% restante vivía en la calle. “El abandono de los animales está fuera de control. En los  20 años que trabajo en el PAE no ha bajado. No hay normativas adecuadas, no hay cifras, es tierra de nadie”, añade Bellolio.

Con ella concuerda Sonia Heredia, colaboradora activa de AnimaVida, un hogar temporal de animales rescatados. Su labor es rehabilitar la salud física y mental de los animales para prepararlos para un nuevo tutor responsable. “La gente piensa que tenemos obligación de recoger a los animales que botan y así lo hacemos. No podemos dejarlos así”, dice.

Los perros y gatos que salvan se publican en la web del Patio de Mascotas. En AnimaVida el proceso de adopción se cierra con la firma de un formulario que asegura el compromiso de los nuevos propietarios.

Las organizaciones proanimales recomiendan que lleven a los perros y gatos, por lo menos, una vez al año al veterinario. Eso implica costos que van de $ 28 a $ 55 al año

Las personas que no tienen una base económica o espacio no pueden tener mascotas y deben abstenerse de adoptar. (I)

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Los perros que se jubilan de la Policía se adoptan

El próximo miércoles 9 de mayo, 63 perros de varias razas de la Policía Nacional se jubilarán en una ceremonia. Allí, además, serán entregados a sus nuevos hogares adoptivos.

El Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC) cada año realiza entrevistas a familias interesadas en tener un can, que fue policía, para darle una vejez digna.

Esta vez las reuniones de selección se hicieron la semana pasada. Los uniformados se aseguran de que los canes vayan a casas con suficiente espacio y no les falte comida, atención ni cuidados.

Los perros han tenido entre 8 y 9 años de servicio en tareas antidrogas, búsqueda de restos humanos, guardia y defensa, relaciones públicas, show y canoterapia (técnica que se utiliza para la rehabilitación de personas con discapacidad).

Las personas interesadas en acogerlos deben esperar un año más y estar atentas a las convocatorias del CRAC. Asimismo, siempre se da prioridad a los policías que criaron y entrenaron a los perros.

En un 80% los perros se entregan a sus guías y el 20% restante se va con nuevos tutores. La ceremonia será en el CRAC, en Ponciano, a partir de las 10:00. (I)

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