Aeropuerto de Quito bajó sus emisiones de carbono
Uso de luminarias LED, de vehículos eléctricos, separación de desechos y tratamiento de aguas residuales son algunas de las prácticas implementadas en el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito.
Estos hábitos permitieron que el nivel de emisiones del aeródromo capitalino se redujera desde las 5.534 toneladas (t) de carbono registradas en 2014 hasta las 4.715 t medidas este año.
El logro hizo que el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, por sus siglas en inglés) reconociera a la infraestructura con el Nivel III de Optimización la noche del último martes.
Luis Galárraga, vocero del concesionario que maneja el Mariscal Sucre (Quiport), comenta que en la región únicamente el aeropuerto de Baltra (Galápagos), que es ecológico, supera la categorización lograda por el aeródromo de la capital ecuatoriana.
El funcionario narra que el primer paso fue mapear hace cuatro años la huella de carbono producida por las operaciones aeroportuarias y con ello se logró el Nivel I.
El siguiente escalón fue la implementación de prácticas amigables con el ambiente como las descritas al inicio, lo que llevó al ACI a otorgar el Nivel II.
En tanto, el reconocimiento otorgado esta semana proviene de la incorporación constante de 15 de las empresas que ofrecen servicios en el aeropuerto a las operaciones medioambientalmente amigables.
Un ejemplo de ello es la utilización paulatina de vehículos eléctricos por parte de la compañía EMSA, encargada del transporte de carga, equipaje, escalerillas, etc., hacia los aviones.
Edwin Fernández, empleado de la firma, comenta que cuando un elemento de movilidad cumple su vida útil es reemplazado por otro impulsado por electricidad.
Actualmente, EMSA posee en su flota nueve mulas, tres arrastradores de escalerillas y siete montacargas de este último tipo.
Galárraga dice que la huella ecológica la disminuyen, también, las aerolíneas con prácticas como ir al sitio de inicio de despegue (carreteo) con una sola turbina o reducir el tramo de carreteo en el caso de aeronaves pequeñas.
Otro caso son las prácticas de reciclaje que se ejecutan en el Mariscal Sucre, que tiene un espacio en el que se separan residuos reutilizables y se incineran los demás.
Renato Valverde, quien coordina el trabajo, afirma que cada mes llegan al lugar 45 toneladas de residuos producto de las operaciones del aeropuerto y las aerolíneas.
Quiport aspira a llegar en 2019 al Nivel de Neutralidad, con mayor reducción de emisiones y la compra de bonos de carbono. (I)