La última actividad oficial del alcalde saliente, Augusto Barrera, se desarrolló debajo del parque Bicentenario, establecido en el predio que ocupó el antiguo aeropuerto capitalino.

Barrera recorrió en compañía de la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, los trabajos de la estación norte del metro que se construye en lo que fue una de las cabeceras del exaeródromo.

A esta actividad no asistió Mauricio Rodas, quien se convertirá el miércoles en la principal autoridad capitalina, pese a haber sido invitado. El viernes pasado, también faltó al reconocimiento de los trabajos correspondientes a la Fase II de la Ruta Viva.

Durante la caminata, se pudo comprobar que la estructura del vestíbulo de la parada (a 12 metros de la superficie) está lista.

El espacio cuenta con paredes, techo y pisos de hormigón y está concluido el túnel que conectará a la estación con los accesos que conducirán a los ciudadanos desde los diferentes medios de transportación (trolebús, metrovía, vehículos urbanos, interparroquiales, futuro corredor Carcelén-Carapungo, etc.) que alimentarán al sistema.

En total, según el titular saliente del Cabildo, diariamente circularán por dicha estación entre 200 mil y 250 mil personas provenientes de diversos puntos del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ).

Mientras tanto, se desarrollan trabajos de excavación un nivel más abajo (a 24 metros de profundidad), en lo que constituirá el andén de embarque y desembarque de pasajeros desde y hacia los trenes que circularán por la vía.

Personal de la empresa Metro de Quito reveló que el inicio del proceso constructivo implicó la elaboración de aproximadamente 100 estudios de suelo a lo largo del trayecto que recorrerán las unidades subterráneas de movilidad.

Dichos análisis prueban que más del 90% del terreno del trazado del Metro está constituido por material resistente, lo que hace casi imposible que se produzcan derrumbes durante los trabajos de excavación de la vía cuando el sistema se encuentre en operación.

Desestimaron así las versiones sobre eventuales riesgos de hundimientos en calles y solares.

En la Fase I del Metro, que implica la construcción de la citada estación El Labrador y su similar de La Magdalena (sur), también en ejecución, se invierten alrededor de $ 75 millones. De esos, $ 44 millones se utilizarían en la edificación de la parada visitada ayer.

El alcalde Barrera destacó que con el arranque del sistema masivo de movilización, que tendrá capacidad para transportar a diario a unas 400 mil personas, se prevé sacar de las calles a unos 120 mil vehículos cada jornada; esto es alrededor del 25% del parque automotor capitalino actual.

En total, la construcción de las paradas registra, según las autoridades, un avance de casi el 60%, lo que ubicaría —según dijeron— un cumplimiento con el cronograma establecido de manera previa para su ejecución.

El titular saliente del Concejo aprovechó para instar, una vez más, a quien le sucederá a que continúe con el proyecto, describiéndolo como uno de los más importantes en la historia de la ciudad.

También anunció que la semana pasada, representantes de los organismos multilaterales de crédito, que aportarán con parte de los 1.500 millones de dólares que se prevé costará el proyecto, suscribieron un nuevo convenio ratificando su apoyo.