Todas las mujeres madres y trabajadoras merecen un reconocimiento
Uno de los campos más retadores en el que las mujeres a lo largo de los últimos siglos hemos luchado por reivindicaciones, es sin duda el laboral.
En este ámbito tienen un papel protagónico las mujeres obreras pues han sido ellas quienes nos abrieron camino y han conquistado condiciones de trabajo cada vez más dignas.
En esta incursión se han desafiado roles tradicionalmente impuestos según los cuales la mujer cumple una suerte de vocación natural dedicada solo al hogar y se ha demostrado con creces que estamos capacitadas para desenvolvernos en el mundo laboral.
A miles de trabajadoras se nos presenta un reto: conciliar trabajo y maternidad. La creciente participación femenina en la labor productiva ha sido materia de regulación estatal con la finalidad de lograr esta conciliación y evitar la discriminación de mujeres en edad fértil o por su condición de madres.
El Convenio 103 de la OIT y el Código del Trabajo confiere una licencia remunerada por 12 semanas luego del parto que puede extenderse -sin pago- hasta nueve meses, horario de lactancia por un año y guardería infantil en ciertos casos, derechos cuya aplicación debe supervisar el Estado.
Conforme la Ley Orgánica de Salud se controlarán y vigilarán las condiciones de trabajo durante el embarazo y la lactancia y los empleadores están obligados a cumplir la ley y adecuar las actividades de tales trabajadoras, en ese sentido la más reciente norma expedida en abril de 2019 regula la creación de Salas de lactancia para amantar, extraer y almacenar la leche y que deberán ser implementadas por empleadores que tengan al menos una trabajadora en periodo de lactancia.
La norma que ha sido bien recibida por la ciudadanía en general y las trabajadoras y que como toda conquista en materia laboral también ha encontrado cierta resistencia.
Sin embargo estas leyes requieren ser implementadas con enfoque de género de tal manera que permitan superar las barreras que condicionan nuestro crecimiento profesional o nos alejan del mercado laboral, sin moldear estereotipos de súper madres y como garantía de que las decisiones que tomamos en torno a nuestra maternidad sean respetadas y se desarrollen en condiciones seguras.
No obstante persisten retos como reducir los índices de desempleo, las brechas salariales, el pleno reconocimiento del trabajo no remunerado en el hogar y la distribución más equitativa de tareas domésticas. Por eso y más hoy mi homenaje a todas ustedes mujeres, madres y trabajadoras. (O)