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El Telégrafo
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La alcaldía anunció que el concejo metropolitano será el encargado de aprobar la resolución final

Los usuarios de taxis se oponen a una posible alza de tarifas en Quito

Los propietarios de taxis alegan que sus tarifas no han sido revisadas desde hace 13 años. Foto: Archivo/ El Telégrafo
Los propietarios de taxis alegan que sus tarifas no han sido revisadas desde hace 13 años. Foto: Archivo/ El Telégrafo
14 de febrero de 2015 - 00:00 - Redacción Quito

Martha Onofre (35 años) indica que es una usuaria frecuente de taxis en Quito. Nacida en Manabí, se divorció hace 4 años y vive con sus 2 hijos en La Gatazo (al sur de la ciudad).

Dice que su rol de padre y madre suele complicar su rutina diaria, por lo que no resulta extraño que deba abordar un vehículo de alquiler para llegar a tiempo a su trabajo en la zona del parque El Ejido.

A pesar de su necesidad, Martha se queja del servicio. “La mayor parte del tiempo, sobre todo en las horas pico, es difícil conseguir unidades. Incluso si se llama a alguna compañía, no siempre se puede hallar alguno. Y si está lloviendo, entonces olvídese, no ‘pesca’ un taxi ni de milagro”, afirma.

Añade que a ello se suma que los conductores escogen las carreras. “A la mayoría no le gusta cruzar el centro, ni siquiera por la (av.) Mariscal Sucre (eje periférico occidental) por el tráfico. Dicen que pierden tiempo, que luego regresan sin pasajeros. Y que por ello prefieren trabajar solo en el sur”.

Carlos Orbea (45) coincide con lo anterior y añade “otro defecto” a la forma de trabajo de los taxistas. “Para muchos, el taxímetro es un adorno: lo tapan, lo apagan diciendo que está dañado o simplemente pactan el precio de la carrera antes de arrancar; y si el cliente no está de acuerdo, lo bajan”.

Por su parte, Tania Recalde (40) reclama que “pocas unidades cuentan con taxímetros que emiten notas de venta, lo que es una obligación de los choferes”.

Por eso, el trío de vecinos de la capital concuerdan en que no está bien que se eleven las tarifas como pide el gremio. “Primero deberían mejorar el servicio, pues, incluso, cuando se les reclama algo son groseros con los clientes”, apunta Onofre.

Mientras que Orbea no tiene muchas esperanzas de que la situación cambie con el compromiso expresado por los choferes durante la primera fase de los diálogos con el Cabildo, que concluyó hace 15 días y se refirió al mejoramiento de la calidad del servicio. “Simplemente deberían obligarlos a cumplir la ley y sancionarlos si no lo hacen”, a criterio del abogado.

Sorpresa por estudios

Mientras tanto, dirigentes del gremio se mostraron sorprendidos de los resultados de los estudios sobre el sistema que realizó la Universidad Católica a pedido del Cabildo.

Paco Velasco, presidente de la Unión de Operadoras de Taxis de Pichincha, señaló que les extraña, por ejemplo, que “mientras el valor del arranque ha sido de $ 0,35 por más de una década, la Católica plantee una cifra de $ 0,28”.

El estudio también establecería que el minuto de espera equivalga a $ 0,05, cuando ahora es de $ 0,06 y que la carrera mínima cueste $ 1,29. Los taxistas quiteños cuestionan ese valor, cuando en la revisión de tarifas realizada el año pasado en Cuenca se estableció que el valor mínimo sea allí de $ 1,39.

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