Los quiteños aprovechan la entrada gratuita a balnearios
El “Carnaval Quiteño 2012” no solo viene acompañado de desfiles, eventos culturales y artísticos. Los habitantes de la capital también pueden aprovechar el feriado con un refrescante ‘chapuzón’ en sus tradicionales balnearios.
Las piscinas de La Moya, El Tingo y Cunuyacu fueron algunas de las localidades que abrieron ayer sus puertas de forma gratuita. Sin embargo, la oferta no tuvo buena respuesta durante el primer día. A pesar de que la concurrencia aumenta en esta época del año, los administradores estimaron que la presencia de los bañistas fue cinco veces inferior, en comparación con otras ocasiones.
En otros años, el Tingo, balneario famoso por sus aguas termales, albergó a 5.000 turistas. En la jornada de ayer, la demanda fue escasa. “Éste día (sábado) únicamente llegaron mil personas” señaló Iván Acosta, supervisor del local, ubicado en el Valle de los Chillos.
El motivo de la poca presencia turística en este sector cálido y de buen servicio, “son los múltiples eventos gratuitos que en estos días prepara el Municipio, además de que varias personas prefieren aprovechar el feriado de carnaval para visitar otras ciudades”, dijo Acosta.
Piscinas, sol y buena comida
Una de las personas que llegó al balneario fue Hermel Hurtado, quien aprovechó la mañana soleada de ayer para distraerse con unos amigos. El visitante dijo que no supo que la entrada era gratuita y estimó que la poca acogida se debía a que no se promocionó la oferta.
Diana Carrillo alquila flotadores desde hace tres años. Al igual que los administradores también pensó que el acceso libre a las termas llamaría la atención del público, pero se sintió desilusionada porque no tuvo muchas ganancias con el alquiler de las “boyas” por las que cobra entre 50 centavos y 1 dolar. “Espero que el resto del feriado haya más gente”.
Hubo quienes no desaprovecharon la oferta. Uno de ellos fue Alberto Guamán (68 años), residente de la parroquia de Tumbaco, quien llegó en compañía de su esposa. “Las aguas termales ayudan clínicamente al problema de salud que tengo en los huesos”, señaló.
Algunos llegaron en familia. Carlos Pavón arribó con su esposa y sus dos hijos. “Yo vine hace muchos años al Tingo y en ese entonces había solo piscinas”, dijo.
Una de las razones por las cuales los quiteños acuden con más frecuencia a estos lugares es su readecuación. Hace dos años se inició este proceso y hoy cuenta con toboganes, áreas recreacionales, hidromasaje y piscinas de aguas termales que permanecen a 42 grados centígrados.
El balneario de El Tingo es famoso también por la venta de platos típicos como el hornado, el caldo de gallina, las empanadas de morocho y la chicha de jora. Beatriz Morocho, una de las propietarias del “Paradero Johanita”, dijo estar segura de que las ventas mejorarán con el paso de los días. Otro de los sitios más visitados es el puesto de jugos y bebidas tradicionales. Ahí atiende Celia Guachamín, quien contó que se preparó para el Carnaval con 30 días de anticipación. “La inversión y dedicación de la bebida es fuerte y como ve hoy día no ha habido mucha gente, nos quedamos con la venta enterita”, señaló.
El balneario atiende de martes a domingo y la entrada tiene un costo de un $1,50 adultos, y 50 centavos los niños y las personas de la tercera edad, “lo que lo convierte en uno de los balnearios públicos más accesibles a la ciudadanía, tanto por la amabilidad de sus vecinos como por sus deliciosos platos típicos”, afirmó Omar Tejada, otro visitante.
El balneario está custodiado por la Policía que brinda seguridad a los turistas. Así lo notó Angélica Hinojosa (23 años) quien acudió con su esposo y dos hijos. “A los niños les encantan las áreas verdes y los columpios; también aprovechamos para hacer un pequeño camping. Seguramente mañana regresaremos”, aseveró con entusiasmo Angélica.