Las bandas de paz son una expresión artística y cultural de los colegios de Quito. La mayoría de instituciones educativas tradicionales de la ciudad como el Instituto Nacional Mejía, Juan Pío Montúfar, 24 de Mayo, Manuela Cañizares, entre otros, tienen este componente.

Las bandas, antes conocidas como de guerra, están conformadas por más de 200 estudiantes, que desempeñan su labor musical de manera disciplinada. En el colegio Eugenio Espejo, los chicos que participan en la banda son conocidos como ‘banderos’.

En cada presentación los integrantes lucen un uniforme gris y azul perfectamente limpio. Su marcha se sincroniza con el sonido de sus tambores, bombos, flautines, platillos y liras.

Según historiadores, las bandas colegiales, sobre todo femeninas, surgen a finales de los 50. El colegio Mejía fue el primer colegio que institucionalizó este tipo de actividades en los recintos educativos fiscales.

Las bandas estudiantiles son un símbolo de patriotismo y civismo.

Las bandas musicales interpretan marchas, es decir, tonadas militares, por eso las agrupaciones se caracterizan por su forma disciplinada de desfilar e interpretar las melodías.

El trabajo que realizan las bandas colegiales perdura en el tiempo, tanto, maestros, padres, alumnos y público en general siempre recordarán le presencia con la que los ‘banderos’ se toman calles, plazas y otros escenarios.

Los chicos repasan 3 horas después de clases, durante ese tiempo entregan todo su esfuerzo para que los sonidos de cada uno de sus instrumentos suenen perfectamente.

Las presentaciones más esperadas por las bandas estudiantiles, a lo largo del año escolar, son las fiestas de Quito y las fiestas patronales del colegio. (I)