Los vehículos capitalinos producen 2,8 millones de toneladas de CO₂ al año
La tecnología Euro no garantiza energía limpia
Una gruesa capa de hollín cubre el interior de los separadores que dividen los carriles exclusivos de la Ecovía del resto de la av. 6 de Diciembre (centro-norte de Quito).
El elemento contaminante es producto de la combustión de los motores a diésel con que funcionan las antiguas unidades del corredor de transporte municipal.
La llamada Ecovía fue planificada por el democratacristiano Roque Sevilla y empezó a operar en 2001, al inicio de la alcaldía del socialdemócrata Paco Moncayo.
Los buses articulados que operan la ruta y que utilizan tecnología Euro II fueron presentados, en su momento, como vehículos ecológicos, con pocas emisiones.
Sin embargo, esa imagen se ha desfigurado. Fernando Alvarado Espinel y Paúl Mena Zapata, quienes presentaron un pedido de acción de protección en contra de la compra de 80 buses biarticulados a diésel por parte de la actual Alcaldía, hacen una descripción de la situación.
“(...) En la actualidad, es precisamente en los corredores de la Ecovía (que de ecológica no tiene absolutamente nada), del Trolebús y el Metrobús en donde podemos encontrar los ejemplos más elocuentes del problema de contaminación que atravesamos”.
Lo dicen en la argumentación que presentaron ante la justicia para realizar su pedido.
En otra parte del documento, los requirentes del recurso judicial apuntan que “en la ciudad de Quito, es prácticamente imposible circular por sus avenidas sin ser víctimas de la polución generada por las emisiones de vehículos”.
Los argumentos en contra del uso de automotores movidos por combustibles fósiles son compartidos por el exgerente de la empresa municipal de transporte y obras públicas, Germánico Pinto.
“Cuando (los funcionarios de la Alcaldía) dicen ‘estamos modernizando el Trolebús’, lo que están haciendo es quitar trolebuses eléctricos. Y eso da cuenta de la poca visión de la administración actual frente a la conservación ambiental”.
El exfuncionario del Cabildo considera que la discusión de si los biarticulados tienen o no tecnología Euro III carece de sentido. “Es energía limpia contra energía fósil”.
Como describe el pedido de acción de protección, la contaminación se produce de igual manera en el corredor Central Norte, también conocido como la Metrovía, que fue inaugurado en 2005, durante la alcaldía de Paco Moncayo, en un trazado de 12,8 km de carriles exclusivos con carpeta de hormigón y 21 estaciones.
En esta ruta operan también buses articulados con tecnología Euro II y Euro III (la misma que tienen los biarticulados), lo que no ha impedido que en los pasados 12 años generen contaminación ambiental.
Aquello ocurre a pesar de los controles de emisiones que el gobierno de la ciudad publicita que realiza.
De acuerdo con un informe enviado por el Municipio a la Unidad Judicial de Contravenciones de Pichincha, donde se radicó la causa contra la compra de los biarticulados “se ha inspeccionado aleatoriamente en 2016 a 20.975 vehículos” en el Distrito Metropolitano.
Según datos del Cabildo, la ciudad produce alrededor de 5,1 millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año. Y de esa cifra, 2,8 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) son generadas por vehículos. Esta situación es especialmente crítica en algunos sectores de la capital, entre ellos la calle Necochea, ubicada en el borde sur del Centro Histórico.
La vía es una pendiente que sirve de conexión entre el suroccidente y la zona colonial de la urbe y por ella circulan alrededor de 2 decenas de líneas de transporte público. Por ello, las paredes de las casas tienen costras de hollín de manera permanente.
El informe de la Secretaría de Ambiente incluye como puntos conflictivos de tránsito y contaminación a La Marín, el sector de la Maternidad Isidro Ayora, la Basílica, Cumbayá y El Triángulo, en el Valle de los Chillos. (I)
DATOS
La altura a la que se encuentra Quito (2.800 msnm) dificulta la combustión de los motores, volviendo más lento y contaminante el proceso.
El parque automotor de la ciudad es el responsable de alrededor del 50% de la polución en el Distrito Metropolitano de Quito. En la capital hay más de 460.000 vehículos entre livianos y de transportación.
El nivel de crecimiento del parque automotor quiteño es de alrededor de 44.000 carros más por año. Ambientalistas responsabilizan de esta tendencia a la existencia de subsidio al transporte.
La decisión de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), el año anterior, de reducir de dos a una las revisiones técnicas vehiculares anuales para los carros de transporte público fue rechazada por el Concejo capitalino. (I)