La electrosensibilidad es una enfermedad casi desconocida
Por Johanna Cardoso. Unidad Educativa Eugenio Espejo.
Aunque todavía no es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la electrosensibilidad o ‘alergia al Wi-Fi’ ya genera problemas de salud.
La principal causa es la continua exposición a campos electromagnéticos, entre ellos los que producen las redes inalámbricas.
Y aunque los estudios son pocos y no existen todavía protocolos de tratamiento, se conoce que quienes permanecen cerca de enrutadores de redes inalámbricas o dispositivos como celulares o computadores con sistema Wi-Fi pueden padecer pérdida de memoria a corto plazo, vómito, dolor de cabeza y mareos.
Según informes, el problema afecta ya a una de cada mil personas en el mundo por lo que organismos como el Consejo Europeo han emitido una alerta advirtiendo sobre los efectos nocivos de las ondas electromagnéticas.
Para algunos, los síntomas son los de una enfermedad común, por lo que no recurren a médicos especialistas a pesar de que transcurre como una enfermedad silenciosa.
Sin embargo, quienes lo hacen de esa forma no encuentran una cura eficaz. Para los expertos, los más vulnerables a padecerla son los niños porque desde muy pequeños tienen acceso a la tecnología.
Se ha comenzado a dar pasos para el reconocimiento de la enfermedad. Hace unos meses, Minerva Palomar, electrosensible desde hace 15 años, consiguió que un juez le concediera la incapacidad permanente tras una larga batalla judicial.
Hay quienes comparan al mal con el generado por sustancias como la nicotina (tabaco) o el amianto. En palabras de enfermos y expertos, ha empezado la era de una generación de electrosensibles.
“En etapas anteriores no ha habido un contacto tan fuerte con las nuevas tecnologías como ahora. Los niños ya juegan con móviles y tienen Wi-Fi en el colegio”, alerta José Miguel Rodríguez, director de la empresa de estudios geoambientales Geosanix.
Yolanda Barbazán, afectada por la enfermedad, relató al diario español ABC que esta ha cambiado su vida. “En la oficina me molesta mucho el router, pero no puedo hacer nada porque (según la empresa) “es lo que tiene el progreso”. (I)