“Falta cultura ciudadana de prevención y acción frente a las emergencias”
Una de las escenas más comunes vivida en la ciudad, la tarde del martes, fue la de miles de personas aguardando fuera de edificios de oficinas y departamentos.
En unos casos, los ciudadanos esperaban que concluyeran las inspecciones de las estructuras para reintegrarse a sus labores y, en otros, eran acciones instintivas para protegerse en caso de que ocurrieran réplicas de gran intensidad del sismo principal que tuvo una intensidad de 5,1 grados o un evento mayor.
El hecho, aparentemente normal en circunstancias como aquella, produjo situaciones desconocidas para la mayoría, pero que fueron visibles para los integrantes de los cuerpos de socorro de la ciudad.
Christian Rivera, integrante del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, señala que un suceso recurrente aquella tarde fueron las llamadas originadas por caídas de personas.
Rivera añade que lo peculiar de aquellas emergencias fue que muchas tuvieron que ver con mujeres a quienes se les rompieron los tacones al pretender salir apresuradamente de sus oficinas o simplemente enredaron sus pies por la misma causa.“En algunos casos se produjeron esguinces de tobillo”, señaló el integrante del COE.
Pero más allá de lo anecdótico que pudiera resultar aquello, según Rivera hubo hechos durante las evacuaciones que generan preocupación y muestran la falta de preparación de los quiteños para afrontar eventos de tinte catastrófico.
El funcionario relató que los socorristas que acudieron a diversos sitios se encontraron con que en el apresuramiento, en entidades públicas y empresas, personas con algún tipo de discapacidad quedaron dentro de las edificaciones, sin que, aparentemente, ninguno de sus compañeros se diera cuenta de eso. “Ello revela que la gente no está preparada y que hubo pánico”, afirmó el exmiembro de la Cruz Roja Ecuatoriana.
A pesar de las implicaciones, Rivera prefirió matizar el tema y señaló que lo ocurrido el martes pasado debe servir a los quiteños como un aprendizaje. “Deberían existir brigadas en cada lugar, encargadas de organizar a las personas en casos de emergencia.
Los líderes de estas deberían conocer con exactitud cuáles de sus compañeros necesitan ayuda para movilizarse. E incluso debería haber personas responsables de ayudarlos en caso de necesidad”, añadió el exsocorrista.
Cada entidad, comercio o compañía está en la obligación de tener un plan de acción frente a emergencias, en el que se describan responsables de distintas acciones, vías de evacuación, lugares de reunión, entre otros detalles.
Estos planes, según Rivera, los monitorea el Cuerpo de Bomberos. El tema, sin embargo, va más allá de lo que determine un plan en el papel, afirmó el propio funcionario.
Según él, tiene que ver con que como seres humanos debemos entender que hay protocolos que se deben seguir para evitar que el pánico cause más muertes que los mismos eventos. “Se trata de que es necesario crear una cultura ciudadana e incluso de solidaridad ante desastres”, finalizó.