Los comerciantes informales colocan sus puestos a partir de las 06:00 en la calle Lizardo Ruiz, en Cotocollao (en el norte de Quito).

Durante el día allí se encuentran ropa, zapatos, juguetes, comida y más. De esa forma, el bulevar se transforma en un mercado.

No solo los vendedores regularizados ocupan las aceras, sino también algunos que no pertenecen a ninguna organización. “La cosa es peor en las noches, pues desde las 18:00, cuando se va la Policía Metropolitana, la avenida se convierte en una feria; es difícil caminar por las veredas, pues los indígenas otavaleños extienden sus mercancías y al filo de las veredas se colocan más puestos”, dijo Amelia Herrera, moradora del lugar.

Hace pocas semanas, los dueños de los locales comerciales y los vecinos del sector recogieron firmas y enviaron un oficio al Municipio para pedir la reubicación de los vendedores callejeros.

Eduardo Mera, quien trabaja en la zona hace 20 años, comentó que no es la primera vez que envían este tipo de petición al Cabildo, por lo que espera que esta vez atiendan su reclamo. “Los comerciantes informales se colocan frente a nuestros locales, nos tapan con sus carpas y eso provoca que las ventas bajen”, manifestó.

Por ahora, la respuesta de la Administración Zonal La Delicia ha sido que en 15 días realizará una reunión con los comerciantes de los locales, informales y vecinos para buscar una solución.

En tanto, los informales defienden su trabajo aduciendo que en la administración de Paco Moncayo se firmó un acuerdo que permite el trabajo ambulante de los comerciantes de la Asociación 25 de Mayo en la Lizardo Ruiz, hasta que se los reubique en un sitio seguro.   

Carmen Barahona, quien labora en la zona hace dos décadas, señaló que están dispuestos a ser reubicados, pero como garantía piden  que se les otorgue un espacio seguro, con servicios básicos y buena ubicación. “Conocemos que el Municipio quiere trasladarnos a 30 metros de la calle Alfareros, pero nada es seguro; queremos que nos dejen trabajar. No ocupamos la vereda, sino parte de la calle”, comentó.

Santiago Vergara, jefe de control de la ciudad, indicó que se elabora un plan, pero no dio mayores  detalles. Mientras tanto, 9 policías metropolitanos resguardan la ruta entre las 07:00 y las 18:00, de martes a sábado.

Una situación similar ocurre en los sectores de la av. Michelena (en el sur), la av. Jorge Garcés, en el Comité del Pueblo (en el oriente), aunque en esos casos, la pasada Alcaldía planificó la reubicación de los comerciantes en 2 centros de comercio cuya inauguración está prevista este año.

De igual manera, en las parroquias Tumbaco y Cumbayá se vive el mismo conflicto diario de desorganización en el comercio.

Las calles céntricas de esas poblaciones se llenan de vendedores informales prácticamente sin control, a pesar de que la Policía Metropolitana se hace presente en el lugar. Cifras del Cabildo señalan que en el Distrito hay alrededor de 9.000 comerciantes informales, de quienes cerca de 3.000 han obtenido  acreditación y permiso de trabajo en lo que va de la administración de Mauricio Rodas. (I)