Cientos de jóvenes de primero a tercer año de Bachillerato, volvieron ayer a las aulas. El tránsito vehicular fue fluido por las vías del norte, centro y sur de la ciudad, contrario a lo que la ciudadanía esperaba.

Desde las 06:00 pocos estudiantes del colegio Juan Pío Montúfar, en el sur, esperaban que la puerta de ingreso a la institución educativa se abra. Según Josué López, estudiante de tercer año de Bachillerato, salió a las 05:30 de  su casa, ubicada en Caupicho, en el sur. “Salí temprano para no llegar tarde porque siempre el primer día de clases hay mucho tráfico, pero esta vez no fue así y, por el contrario, llegué con demasiada anticipación”.

A las 06:15 el colegio abrió sus puertas. Y a las 06:25 los estudiantes que eran parte de la brigada de seguridad salieron a la calle para empezar con su labor. Para reconocerlos, el Municipio les entregó chalecos, gorras y señales portátiles de pare. 20 fueron los jóvenes que se distribuyeron en varios metros de ambas aceras de la avenida Napo.

Ellos no iban a controlar el tránsito sino a evitar que la gente cruce la calle por cualquier lugar y procurar que utilice el puente peatonal. A las 06:50, hora en la que generalmente se agudiza la congestión vehicular en el sector, los vehículos circularon con fluidez. Fabricio León, educador del colegio, relató que los buses a esa hora no pueden seguir por las largas filas que se crean.

Para llegar al Centro Histórico desde el sur de la ciudad, otra de las opciones es la calle Pedro Vicente Maldonado, que se conecta con la Carlos María de la Torre en  el sector de La Recoleta. Por efecto del  inició de clases, en los años anteriores esas vías lucían caotizadas, pero este año los vehículos circularon sin complicaciones y el tiempo de recorrido no se incrementó como se preveía.

La calle Venezuela, en el Centro Histórico, también lució sin problemas de tráfico. En los alrededores del colegio Mejía, ubicado en la calle Vargas, miembros de la Policía Metropolitana y Nacional vigilaban el tránsito y la seguridad del sector.

Lucía Moreno, quien acompañó a su hijo al inicio de clases, contó que salió de su casa más temprano que de costumbre para no tener complicaciones y llegar puntual, “pero no hubo nada de tráfico y el bus avanzó rápido. Llegue a las 06:30”.

Según el policía metropolitano Luis Sánchez, asignado al control del tránsito en la calle Vargas, la circulación fue normal, no hubo congestión vehicular. No obstante, el gendarme estima que puede haber complicaciones mañana, cuando hayan ingresado los alumnos de Educación Básica y Bachillerato, de acuerdo al ingreso escalonado dispuesto por el Municipio capitalino.

En el sector de El Trébol y en la avenida Velasco Ibarra, los embotellamientos tampoco se evidenciaron hasta las 08:00, en el sentido sur norte, pero sí se formaron largas filas de vehículos en el sentido norte-sur, por la aplicación del contraflujo.

Para inaugurar el inicio de clases en el Distrito Metropolitano, el alcalde encargado, Jorge Albán, acudió a la Unidad Educativa Eugenio Espejo, ubicada en Pusuquí, al norte de Quito. El establecimiento es administrado por el Municipio. 

Albán expresó que el proceso de formación de los estudiantes es un elemento clave para el futuro de la ciudad y del país. Y recordó que la educación es el mejor instrumento para alcanzar los sueños. Carlos Páez, secretario de Movilidad del Municipio, llegó al lugar para verificar que los operativos de control del tránsito se desarrollen con éxito.

En el evento, recordó a la ciudadanía que las medidas adoptadas como el Pico y Placa, los límites de velocidad, el respeto a los pasos cebra y la sanción a los vehículos mal estacionados están en vigencia. Para hoy está previsto el retorno de los alumnos de octavo a décimo año de básica.