La congestión vehicular es un problema constante para los habitantes del valle de Tumbaco. La situación es particularmente difícil en las mañanas, cuando largas caravanas de automóviles, buses, motocicletas y camiones se originan a la altura del puente del río Chiche. Entonces, llegar al lugar desde Puembo, a unos 4 km de distancia, toma alrededor de 20 minutos.

Otro punto de congestión se encuentra en el sector de La Villavega, donde hay un cruce entre los vehículos que se dirigen a Cumbayá o a Quito por la avenida Interoceánica y aquellos que ingresan al centro de la parroquia Tumbaco.

A partir de ese sitio, el tráfico comienza a fluir hasta el sector del complejo Manuel Jibaja, en donde empieza de nuevo la congestión hasta el supermercado Santa María. Cruzar ese tramo de unos 2 km. toma otros 20 minutos.

Desde ahí hasta el hospital de los Valles el volumen del tráfico no cambia y, en ocasiones, aumenta, puesto que más autos se integran a la carretera principal desde la zona central de la parroquia.

Dentro de Tumbaco existen rutas alternas, consideradas por los habitantes, como posibles opciones ante los trancones. Una de ellas es la calle Francisco de Orellana, que atraviesa la parroquia y permite llegar a Cumbayá cuando se encuentra libre máximo en 10 minutos.

No obstante, la congestión también suele apoderarse de esa calle a partir de las 07:00, cuando largas filas de autos se forman a lo largo de la vía, que tiene un carril por cada sentido. Llegar de Tumbaco a Cumbayá implica el doble del tiempo normal.

Diego Yáñez (25), taxista de la cooperativa Ilaló, comentó que desde hace unos 3 años esa vía dejó de ser de desfogue.

Ricardo Bustos, quien vive en el sector de Puembo hace un año, dijo que prefiere tomar la Interoceánica antes que la calle San Francisco. “La vía es angosta y de doble sentido; siempre hay gente que trota y va en bicicleta por el sector. Es una ruta más complicada y el tráfico vehicular circula muy lentamente”, acotó el ciudadano.

La congestión también se produce en las vías internas ubicadas en el barrio San Blas y el cementerio de la parroquia como la Gonzalo Pizarro, Antonio José de Sucre, Rumiñahui y Eugenio Espejo.

Una solución por la que esperan los conductores es la terminación de la vía de Conexión de los Valles o Ruta Viva, proyecto de vialidad que atraviesa el sector de La Primavera, Lumbisí y San Patricio hasta la avenida Simón Bolívar. Desde la entrega de su primera fase en diciembre pasado, la Simón Bolívar se convirtió en un desfogue y actualmente recibe unos 18 mil autos diarios, lo que reduce en un 30% la congestión de la av. Interoceánica.

De acuerdo con cálculos del Municipio, cuando se complete la segunda fase de la Ruta Viva en el segundo semestre de este año, la circulación vehicular por la Interoceánica se reducirá en total en un 50%, promediando unos 22 mil automotores diarios.

EL TELÉGRAFO trató de hablar con la nueva administradora zonal de Tumbaco, Andrea Hidalgo, sobre el problema del tráfico. Sin embargo, la funcionaria municipal se excusó, alegando que está poniéndose al día sobre la situación en la que recibe a esa zona del Distrito Metropolitano.