La vieja terminal terrestre Cumandá se convertirá pronto en el parque recreativo y cultural más grande del centro de Quito. La obra, cuyo costo bordea los 7’998.429,77 dólares, tiene ya un 60% de avance y se prevé que concluya en octubre próximo.

El proyecto forma parte de la rehabilitación integral del Centro Histórico de Quito, con el fin de consolidar un polo de atracción turística que mejore la situación de los vecinos del sector.

El alcalde Augusto Barrera explicó que ahí no habrá nuevas terminales de buses, pero sí una parada para la gente que vaya a  visitarlo.  

La obra está dividida en varios frentes de trabajo y ahí laboran: un superintendente de obra, dos residentes, 30 técnicos, ingenieros ambientales, 160 obreros, 10 operadores de maquinaria y un topógrafo, entre otros.

La construcción inició en enero pasado y está  a cargo del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).

Entre los trabajos ejecutados está una plataforma en la planta baja del lado norte del edificio, donde se ubicará el área húmeda.

En esa plataforma están fundidas y tendidas tuberías del sistema hidrosanitario de las siete piscinas del proyecto: tres están diseñadas con sistema de natación en contraflujo, dos son para niños y las dos restantes tienen 8 metros de largo por 5 metros de ancho y 1,20 metros de profundidad.

Igualmente están terminadas las instalaciones hidrosanitarias para los baños de cajón, duchas, lavamanos y el área de vestidores.