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El Telégrafo
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de 100 a 200 visitantes nacionales y extranjeros llegan hasta la zona cada mes, según registros de los pobladores

El Antisana, un paraíso natural y hogar del cóndor andino

La laguna Secas es uno de los principales atractivos para los turistas, pues en esta se puede practicar pesca deportiva. Fotos: Andrés Darquea | El Telégrafo
La laguna Secas es uno de los principales atractivos para los turistas, pues en esta se puede practicar pesca deportiva. Fotos: Andrés Darquea | El Telégrafo
09 de marzo de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

En los alrededores del volcán Antisana, ubicado al suroriente de Quito, el paisaje resulta espectacular.

Entre el espeso verdor del bosque surgen, de repente, gigantescas rocas de lava petrificada, producto de la  última erupción hace 223 años. Ello hace que el entorno se vuelva agreste, pues el verde se va tornando de manera súbita rojizo y plomo cuando las piedras van sustituyendo a los árboles de pino y eucalipto. Así es el camino para llegar al sector de  la laguna Secas, perteneciente a la parroquia rural Píntag.   

Llegar al accidente geográfico lacustre implica un recorrido de aproximadamente 20 minutos en vehículo por una vía asfaltada.

En el trayecto, previamente emerge entre los riscos, la laguna Tipo Pugro y a un costado de esta, en forma de corazón verde, se aprecia un bosquecillo de vegetación primaria en el que habitan aves, zorrillos y otras especies silvestres.

Esta área constituye  la primera parada de la llamada Ruta Secas, recorrido que Quito Turismo  implementó y promocionó en el feriado pasado, a fin de resaltar los atractivos naturales y culturales de la mencionada parroquia.  

El recorrido continúa y entre el lodo y la tierra aparece de nuevo el verdor al que acompaña la vivienda de  Rosario Cajas, una de las guardianas del páramo.

El curiquingue es un ave de los páramos, cuyo avistamiento es posible cerca de la laguna Mica Cocha, en pleno Antisana.

Rosario (55 años) tiene piel blanca y ojos cafés claro que reflejan sencillez y alegría. Cuando la visitamos, llevaba un pañuelo amarrado a su cabeza y en sus manos portaba varios baldes, al tiempo que 3 perros, sus fieles compañeros, la seguían incansablemente. Aquel martes, la temperatura marcaba menos de 11 grados y el cielo se encontraba nublado.

Rosario vive desde hace 14 años en la comunidad Secas, ubicada a unos 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar.  El inmueble está a unos 15 minutos a pie del centro poblado y se llega a él tras bajar por un camino rodeado de arbustos y con forma de arco.

La mujer se dedica a la crianza de truchas. En las 4 piscinas que posee es posible observar a simple vista peces de esa especie de varios tamaños.

La experiencia diaria la ha convertido en  una experta conocedora de ese animal, pues lleva más de 10 años dedicada al negocio. “La vida en este lugar es tranquila. Casi no salgo de la casa, pues el cuidado de los peces y las piscinas, entre otras actividades, requiere de tiempo completo. Pero siento satisfacción cuando vienen turistas y me comentan sobre la belleza del lugar y la buena atención que reciben”, cuenta Rosario, quien también es parte del proyecto turístico de la comunidad Secas.

Quito Turismo impulsa cada fin de mes recorridos especiales  por las parroquias rurales.


Píntag es una de las parroquias de mayor extensión del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ).
El turismo comunitario en Píntag empezó a generarse hace una década aproximadamente y son 2 las comunas que se encuentran involucradas: Secas y Pimantua, donde sus habitantes decidieron cuidar y explotar la belleza del sector a través de esta actividad. Por ello, quien visita la zona podrá contar con guías especializados, restaurante, recorridos y pesca, entre otros servicios.  

En el caso de  Secas, son 5 las familias involucradas en el proyecto. Cada una está encargada de un tema  específico, como sucede con Rosario y su crianza de truchas.

La ruta recibe mensualmente de 100 a 200 visitantes entre turistas nacionales e internacionales, según datos de la comunidad.

A relativamente poca distancia de la vivienda de Cajas se encuentra la laguna Secas. Pero para llegar a ese sitio se necesita de un buen estado físico, pues la caminata empieza con el recorrido por un camino empinado formado de  flujo de lava volcánica petrificada.

Tras un recorrido de 2 kilómetros, bordeado por piedras gigantescas y algo de vegetación, surge el espejo de agua de aproximadamente 1 kilómetros de largo y 800 m de ancho.

El lugar es propicio para la pesca deportiva y para la observación de aves como el  patillos, gaviotas y si  la suerte lo permite, cóndores.

Los visitantes que no hayan obtenido presas en la laguna, pueden seguir pescando en las piscinas de la casa de Rosario.

Otro de los objetivos del viaje para algunas personas tiene grandes alas y vive a más de 2 mil metros de altura. Su hogar se confunde entre el cielo y el conocido peñón del Isco. Hablamos de la ave emblemática del páramo ecuatoriano: el cóndor.

El citado peñón se encuentra a unos 15 minutos de la laguna Secas. Frente a él, en una extensa pampa se encuentra el paradero Tambocóndor, que también es administrado por la comunidad. “Píntag es nombrada como la tierra del chagra, del toro bravo y del cóndor, pues en esta zona se han registrado 25 de esas aves.

DATOS

La parroquia Píntag lleva el nombre en honor al legendario cacique quiteño que habría participado en la resistencia a la invasión inca y a quien se festeja en septiembre con cabalgatas, carreras de caballos, concursos de lazo, arreadas y corridas de toros.

Hospedarse en una de las cabañas existentes en el paradero Tambocóndor cuesta $ 10 por persona la noche.

Entre los atractivos de la zona están  el parque central y la iglesia de Píntag; una edificación que guarda pinturas y esculturas como la imagen del patrono de la parroquia: San Jerónimo.

Para llegar a la zona se debe tomar la autopista General Rumiñahui y posteriormente la vía E-35
Por ello, es considerada como una de las reservas más importantes del país de esta especie en peligro de extinción. El turismo comunitario es nuestra fuente de empleo, pero aún es un poco difícil que las personas se involucren totalmente por su falta de conocimiento en el tema. Esta actividad es de perseverancia y mucha gente no comprende eso”, comentó Wladimir Ushina, uno de los guías comunitarios.

La ubicación de Tambocóndor fue escogida pues desde ese lugar, los turistas pueden divisar frecuentemente el vuelo de las aves e incluso -comentan- se ha logrado observar a parejas empollando sus huevos o a los pichones en sus primeros intentos de vuelo.

La comida es otro de los atractivos de la zona, pues la comunidad prepara platos típicos, truchas y más delicias culinarias.

El más reciente proyecto emprendido por la comunidad es la construcción de cabañas de hospedaje para los visitantes y hasta el momento, se han terminado 2.

Uno de los problemas que enfrenta la comunidad es la convivencia con la minería, pues en Píntag existen 5 empresas de extracción que, según los pobladores, dañan el medio ambiente, aunque la mayoría  cuenta con permisos.

A pocos minutos del lugar, ya en la provincia del Napo (Amazonía), se encuentra la laguna Mica Cocha, en pleno volcán Antisana.

Llegar a ella toma menos de una hora y allí se puede realizar pesca deportiva, camping, cabalgatas, etc. También se pueden observar venados, zorros y curiquingues.

El camino que lleva de Píntag hasta Mica Cocha es totalmente asfaltado y cuenta con el resguardo de guardabosques.

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