La restauración del lugar fue parte del plan de revitalización del centro
Edificio del exhospital San Lázaro muestra deterioro
Han pasado 3 años desde que concluyó el reforzamiento estructural del inmueble patrimonial en el que durante décadas funcionó el hospital psiquiátrico San Lázaro.
Las obras contemplaron el cocido de mamposterías, inyecciones de las fisuras, colocación de nuevos elementos estructurales y liberación de añadidos que hacían daño a las construcciones, en especial en el claustro principal.
La restauración era parte del Plan de Revitalización del Centro Histórico emprendido por el Gobierno Nacional en coordinación con la pasada Alcaldía capitalina.
El destino de la rehabilitada edificación era convertirse en una extensión de la Universidad de Las Américas (UDLA). Para ello se firmó un convenio de comodato entre el centro de educación superior y el Cabildo por un período de 25 años.
Esto fue aprobado en febrero de 2013 por los entonces integrantes del Concejo Metropolitano.
Pasado este tiempo, sin embargo, el proyecto se diluyó e incluso la universidad abandonó la idea de establecer algunas de sus actividades académicas en el inmueble ubicado en la calle Ambato, entre García Moreno y Bahía de Caráquez.
La falta de uso se ve reflejada, actualmente, en signos de deterioro que muestra la edificación.
Esto es visible especialmente en la pared que linda con la calle Bahía de Caráquez, donde el enlucido se ha perdido en grandes tramos del muro de adobe e incluso plantas han empezado a crecer sobre él.
En el otro extremo, que colinda con las gradas que ascienden al Panecillo, hay ventanas cubiertas con maderas.
Esta situación contrasta con la que vive la estructura ubicada al otro lado de la escalinata y en donde funcionaba la cárcel municipal.
En el espacio, rehabilitado también como parte del plan de revitalización, funciona actualmente el Instituto Tecnológico Superior, auspiciado por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt).
En este inmueble, las paredes lucen pintadas y una elegante puerta de vidrio de apertura automática da la bienvenida a los visitantes.
Olga Villota, moradora de la zona, señala que los vecinos tenían “mucha esperanza de que con la rehabilitación del San Lázaro y la llegada de la universidad, el sector se potenciara en todo sentido”. (I)