Damone: ¿el ideólogo y financista de Ricaurte?
Los aportes financieros del Movimiento Vive, que el sábado pasado oficializó la precandidatura a la Alcaldía de Quito de Antonio José Ricaurte Román, provienen de contados fundadores y aspirantes a concejales, como José Cuesta (presidente de la agrupación política), Sergio Garnica, Mario Granda y Pedro Freire, así como del argentino nacionalizado ecuatoriano Domingo Roberto Damone Abbruzzese.
Ellos y otras personas, de quienes la agrupación se reserva la identidad, son los que aportan desde hace dos años para que Ricaurte mantenga una campaña permanente con publicidad móvil en buses de transporte público, vallas ubicadas en puntos estratégicos de la capital, trípticos, plegables, afiches, gorras, llaveros, camisetas, etc.
Por sus propios dirigentes se conoce que el Movimiento Vive nació como idea hace 14 años, en la casa del empresario aeronáutico y de transporte Roberto Damone, por pedido de Ricaurte.
Damone no lo admite completamente, pero con sus aportes buscaría ubicar a Ricaurte en el sillón de la Alcaldía, función que el Concejo Metropolitano le encargó el 16 de agosto de 2004 (durante tres meses), en reemplazo de Paco Moncayo, quien entonces buscaba la reelección. De esa manera, Ricaurte, exmiembro de Pachakutik, con apenas 25 años de edad, se convirtió en la autoridad más joven de la historia política de la ciudad.
Ricaurte, quien fue concejal de Quito, argumentó en su cuenta Twitter que “luego de recorrer todas las zonas de Quito, ellos han decidido patrocinar mi candidatura, de la mano de Movimiento Vive 61”.
En entrevista con EL TELÉGRAFO, al consultarle sobre quién es Damone, Ricaurte lo cataloga como un amigo y negó que sea uno de los dirigentes, peor aún el financista de su campaña.
José Cuesta, Sergio Garnica, Mario Granda y Pedro Freire también son algunos de los aportantesAsimismo, aclaró que algunas transferencias de dinero realizadas por empresas de Damone a sus cuentas no son aportes económicos para su constante campaña, sino por concepto de honorarios profesionales, ya que el precandidato es uno de los abogados de los negocios del argentino, quien obtuvo la doble nacionalidad durante el gobierno de Sixto Durán-Ballén por su relevante aporte como piloto, empresario aeronáutico y exmilitar en el último conflicto bélico con Perú.
El 12 de noviembre de 2006, el diario capitalino Hoy, al referirse a la personalidad de Ricaurte, publicó que se lo pinta como “asombroso, impulsivo y calculador, inescrupuloso, astuto y oportunista... Quizás por esto alguien lo ha comparado con el expresidente Fabián Alarcón, conocido como un político oportunista y bailarín”. Esa misma nota señalaba: “...si a ello añadimos la última campaña electoral (inteligente, dicen), en las cuales Ricaurte copó de vallas Quito, se ha levantado más de una sospecha acerca de su financiamiento. No obstante, la verdad es que no han pasado de sospechas”.
Sin embargo, el precandidato sostuvo que es el aporte de la gente común el que le permite estar en la retina ciudadana (publicidad), aunque admitió que hay aportes de dirigentes del Movimiento Vive que van de $ 2.000 a $ 5.000 máximo. “Mis aportes no los hago en efectivo, sino que, por ejemplo, me dicen que faltan gorras, camisetas o llaveros, los compro y destino $ 3.000 de mi dinero, no de mis empresas”, manifestó Damone, nacido el 13 de marzo de 1962 en Buenos Aires (Argentina), quien se casó con la ecuatoriana María Valeria López Reyes.
El empresario que estaría detrás de Ricaurte
Damone se desempeña como técnico aeronáutico y aduanas, acreditado como perito de la Dirección Provincial de Pichincha de la Función Judicial hasta marzo de 2014.
Es presidente del directorio y accionista mayoritario de la empresa argentina en Ecuador Aeromaster Airways S.A; su esposa es la apoderada de la compañía y su hermano Roque Damone es el gerente y representante legal. Así consta en la Superintendencia de Compañías e inscrito en el Registro Mercantil. La compañía opera principalmente en Quito, pero tiene sucursales en Tiputini (Orellana).
Además, brinda servicios aéreos de transporte de pasajeros y carga, así como de mantenimiento aeronáutico y venta de partes y aeronaves en Ecuador, Bolivia, Surinam, Guatemala, Colombia, Perú, Alemania, Argentina y Brasil.
Para sus actividades en Ecuador, Aeromaster tiene una flota de 17 naves: 1 Bell 412, un Bell 214, 4 Bell 212, 3 Bell 206, 2 Sikorsky HTS CH54B, 2 Sikorsky Sikorsky S61; y para transporte especial 2 ATR 42-320 y 2 AN-74. Esto, según cifras de la misma empresa, les ha permitido movilizar a alrededor de 38.936 pasajeros y transportar más de 93 millones de libras de carga.
En la casa matriz de la empresa, en Quito, existe el mayor centro de mantenimiento y ensamblaje de aeronaves, una unidad de capacitación, helipuertos y dos hangares. También cuenta con instalaciones operativas y de mantenimiento en los aeropuertos de Guayaquil, Orellana y Shell Mera; dos centros de mantenimiento en Perú y tres en Buenos Aires (Argentina).
Como utilidades declaradas por la empresa en los últimos 7 años consta: $ 69.861,08, en 2007; $ 136.845,13, en 2008; $ 1’029.354,75, en 2009; $ 1’788.544,70, en 2010; $ 1’671.445,70, en 2011; y $ 253.685,77, en 2012. “Mi empresa y yo pagamos significativos impuestos en este país, cumplimos con las leyes”, destacó durante la entrevista con EL TELÉGRAFO, el miércoles pasado, en un lujoso restaurante de su propiedad, ubicado en el norte de Quito, antes de un almuerzo de negocios con un alto funcionario de una petrolera, según indicó.
De acuerdo con la Dirección Nacional de Migración, desde 2005 hasta el presente año, Damone registra viajes frecuentes y permanentes a Estados Unidos, Chile, Argentina, Perú, Italia, Canadá, Colombia, Holanda, Panamá, Brasil, Cuba y Rusia. “Por negocios y como expositor debo viajar constantemente al exterior”, manifestó.