Antiguo Mariscal Sucre, desolado y sin congestión en zona aledaña
Son las 10:00 y el silencio impera en los alrededores de la antigua terminal aérea. En los últimos 53 años los moradores de Chaupicruz despertaban con el sonido de los aviones, pero en los últimos dos días todo es diferente: calles vacías, oficinas y galpones cerrados, negocios sin clientes y comerciantes informales que deambulan por la acera.
A esa hora era común que decenas de personas llegaban apuradas para abordar sus vuelos, mientras que otras salían con grandes maletas en busca de un taxi, en compañía de familiares.
Actualmente los extensos portales de vidrio permanecen cerrados y solo ingresan los colaboradores de Quiport y de la Empresa Metropolitana de Servicios Aeroportuarios y Zonas Francas (Emsat), quienes continúan trasladando los equipos y enseres hacia sus nuevas instalaciones en Tababela.
Romina Villacís (16 años), quien vive cerca de la antigua terminal, con nostalgia afirma que extrañará oír el despegue de las naves: “nos acostumbramos al ruido, extrañaremos el aeropuerto”.
Hasta el momento, un 80% de los negocios y aerolíneas que operaba en la terminal de pasajeros ya se ha desalojado, pues desde el próximo miércoles iniciarán el proceso de remediación ambiental y devolución de los predios, pues ahí se construirá el Parque Bicentenario.
“Cada operadora tiene sus planes de abandono, en los que precisan cómo será el manejo de residuos que existen en la zona”, explicó Magdalena López, directora de gestión de control ambiental de la Emsat.
El desalojo del lugar se cumple en dos fases: la primera fue retirar los enseres de oficina e implementos, como gradas metálicas, generadores de luz y otros que ya están en Tababela. Mientras que en la segunda fase se removerán los desechos, como tanques de pintura de avión, vidones de combustible y similares.
Este proceso tomará aproximadamente unos 6 meses, pero es importante para iniciar la construcción del Parque Bicentenario, cuya primera etapa será abierta al público desde abril próximo.
En esa fecha estarán habilitadas las zonas de la pista y áreas verdes, mientras que los sitios en los que continúen los trabajos de mitigación ambiental permanecerán cercados.
Las calles de la zona también cambiaron su imagen. Quienes viven al frente del desaparecido aeropuerto estaban acostumbrados a ver a diario vehículos parqueados en las afueras de sus viviendas, pero ayer el tráfico era mínimo y los autos no tardaban más de dos minutos en cruzar desde el intercambiador El Labrador hasta la avenida Amazonas.
David Taipe, quien conduce por esa ruta diariamente, aseguró que tras la salida de la terminal aérea el tráfico ha disminuido un 50% para dirigirse al norte de la ciudad.
Mientras que los conductores están satisfechos, los comerciantes del sector sienten que el día transcurre lento. María C. instaló una tienda, frente al antiguo aeropuerto, hace cuatro años y ahora está preocupada por la falta de clientes, pues los empleados de la terminal frecuentaban su local.
La situación es más crítica para Pedro, quien lustraba botas junto a la puerta de ingreso a la terminal. Él permanece ahí con la esperanza de ganarse unos dólares con los usuarios del Aeroservicios.