Agentes civiles emiten 450 boletas por infracciones
En los primeros 5 días de labor de los 1.240 agentes civiles municipales, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) registró que los uniformados intervinieron en 93 accidentes en las vías y emitieron 450 boletas por infracciones.
En tanto, la percepción en las calles sobre el trabajo del nuevo personal de control varía y aún existe cierta expectativa.
Patricio Amaya, por ejemplo, se mostraba molesto la mañana del viernes por la lentitud de la circulación en la avenida Eloy Alfaro, a la altura de Río Coca, en el norte de Quito. El hombre afirmó que tenía una cita en el sector del parque El Ejido y dudaba poder llegar puntualmente. Para él, “no tiene sentido contar con personal especializado en manejar el tránsito, si no ayuda a mejorar las cosas”.
A cuatro vehículos de distancia, Enrique Corral, otro conductor, no paraba de sacar la cabeza por la ventana de su automotor, intentando averiguar la razón del tráfico. “Esto es una barbaridad”, repitió con evidente molestia.
Al sur, Ruth Arteaga dijo que se veían pocos agentes en la ciudad, y atribuía a ello los problemas en las calles. Sin embargo, opinó que todo era cuestión de que el sistema de control se vaya afinando, para que las cosas mejoren y que aquello ocurriría con el paso del tiempo.
De hecho, el número de agentes en las vías es uno de los temas al que más se refieren los ciudadanos, incluida su presencia durante las noches.
Walter Enríquez, coordinador de la AMT, afirmó a EL TELÉGRAFO, en septiembre pasado, que el trabajo y distribución de los uniformados no descuidaría las noches de los jueves, viernes y sábados, que es cuando hay más actividad nocturna y, por tanto, tiende a incrementarse el consumo de licor, las actitudes de riesgo y, por ende, los accidentes de tránsito.
Además, el funcionario informó que el personal es asignado en tres turnos de ocho horas: de 06:00 a 14:00, de 14:00 a 22:00 y de 22:00 a 06:00, para cubrir todo el día. Sin embargo, aquello no se evidenció durante un recorrido realizado por este diario la noche del jueves.
En el sector de la plaza Foch, por ejemplo, considerado el epicentro de la diversión en Quito por estar lleno de bares, discotecas y centros nocturnos, no resultaba notoria la presencia de agentes civiles en la zona.
Solamente se halló uno en el cruce de las avenidas Colón y Amazonas, pese a que el barrio La Mariscal, al que pertenece el espacio, es una de las 150 áreas del distrito georreferenciadas como conflictivas en cuanto al manejo de la circulación por la Agencia Metropolitana de Tránsito.
Germán Cepeda, quien trabaja en un bar del sector, afirmó que durante los días laborables de la semana anterior, la presencia de los agentes civiles de tránsito fue esporádica. “Creo que ellos también deben acostumbrarse a la ciudad y especialmente al movimiento de la zona”, indicó.
Por su parte, María Belén Bolaños (32 años), quien el viernes pasado salió a divertirse con un grupo de amigas en el sector, comentó que es necesaria la presencia de agentes en el área al menos desde el miércoles, que es cuando se incrementa la actividad y el peligro en las vías.
Asimismo, en la calle José María Alemán, del barrio Solanda (sur), más conocida como la ‘J’, no era visible la presencia de agentes municipales, a pesar de ser un espacio de mucha actividad nocturna casi todos los días.
Ángel Pozo, vecino de la zona, afirmó que cuando la Policía Nacional se encargaba de controlar el tránsito tampoco existía vigilancia nocturna. Y lo atribuyó a que la vía es considerada pequeña.
Sin embargo, el ciudadano añadió que, más allá del mucho o poco tráfico del lugar, es necesaria la presencia de agentes para que eviten que quienes salen de los bares y discotecas en la zona conduzcan bajo los efectos del licor.
Según la Secretaría de Movilidad, la primera causa de muerte en la ciudad son los accidentes de tránsito debido a la ingesta de alcohol.