Especial coronavirus
Incertidumbre social potenciada por las noticias falsas
Desde la óptica del buen funcionamiento de las relaciones entre personas y/u organizaciones, es importante resaltar a la “buena comunicación” como factor clave que, bien direccionado, es capaz de incidir positivamente en el pensamiento y acción de las personas integrantes de un determinado grupo social.
Y, claro, para que la comunicación sea efectiva requiere de un insumo básico que son los datos e información que, actualmente, existen en cantidades gigantescas y, por lo tanto, quien es usuario debe tener la “capacidad crítica” de elegir, solo, aquella información que considere útil y, sobre todo, verdadera y confiable.
De ahí, pensando en la coyuntura actual -pandemia covid-19- surge con mayor fuerza la necesidad de que los ecuatorianos y demás habitantes del mundo sean minuciosos cuando seleccionan información a ser leída y luego, en varios de los casos, socializada a través de las diferentes redes sociales virtuales.
Ese acto de selección y difusión “responsable” de noticias -consideradas como buenas- se convierte en una contribución significativa para orientar y tranquilizar a la sociedad; más aún en momentos presentes en donde, por las características del aislamiento social obligatorio, lo que tiende a prevalecer en las personas es una especie de “túnel oscuro” lleno de incertidumbres que se pueden potenciar si la gente no accede a información verdadera orientada a inyectar pensamientos positivos y esperanzadores pro mejora del bienestar de todos.
En definitiva, cuando en los procesos de comunicación personal y/u organizacional se deja que imperen las denominadas fake news (por sus siglas en inglés) -noticias falsas, incompletas o maliciosas- lo que se estará creando es un escenario en donde aumenta el nivel de incertidumbre que, en momentos actuales de la pandemia, puede causar temor, miedo y hasta pánico personal y social.
De ahí la importancia de que los medios oficiales gubernamentales tengan una “cabeza comunicadora única” para evitar contradicciones y, así, la gente evite, producto de la confusión generada, recurrir -como alternativa poderosa- a las redes sociales virtuales que, lamentablemente, en buena parte, terminan desorientando más que guiando el buen comportamiento de la gente y, así, las fake news se estarían volviendo hasta más peligrosas que el mismo covid-19. (O)